𝐎𝐕𝐋 | ❝No cometo errores. No soy como los demás. Soy más fuerte. Soy más inteligente. Soy mejor. ❞
si te late, entonces date y entra
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zuko x oc
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a:tla
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T1 : E5 —— Guerrero
❛O la historia de Ursula de la Nación del Fuego . . . ❜
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CAPÍTULO 5
De lo primero que se dio cuenta Úrsula al entrar fue de que había demasiado silencio. Demasiado silencioso para ser normal.
—Encuéntrenlo—Zuko ordenó.
Ursula y Zuko montaron sus rinocerontes a través de la aldea, rodeados de soldados. Desde el centro de la aldea, observaron los alrededores. Ursula contempló brevemente la estatua del Avatar Kyoshi, pero desvió su atención al oír un susurro. Un movimiento sombrío confirmó sus sospechas y, en cuestión de segundos, tres guerreros vestidos de uniforme emboscaron a los soldados, derribando a uno de cada rinoceronte. Confiando en sus instintos, Úrsula entabló un combate cuerpo a cuerpo, deshaciéndose rápidamente de sus atacantes.
Se dio cuenta de que todos los guerreros eran mujeres, pero eso no impidió su agresividad. Úrsula arrojó a uno a un montón de heno y, junto a Zuko, demostró su destreza en el combate. Algunos soldados fueron desmontados, y una mujer de pelo castaño cargó contra Zuko, evadiendo sus ráfagas de fuego. Zuko giró su rinoceronte y utilizó su cola para apartarla. Otro guerrero bloqueó la ráfaga de fuego de Zuko, revelando a un hombre vestido de mujer guerrera. Ursula, momentáneamente distraída, se enfrentó a una nueva amenaza cuando otro guerrero derribó a Zuko de su rinoceronte.
Decidida, Úrsula lanzó ataques a los guerreros que se acercaban. Mientras tanto, Zuko, recuperando el aliento, se enfrentó a los enemigos que le rodeaban. Con una patada giratoria y un anillo de fuego, consiguió dejar inconscientes a los guerreros, creando una breve abertura para que Úrsula continuara su defensa.
—¡Sal, Avatar! Estas niñas no pueden salvarte! —Llamó, preguntándose por qué el chico no había aparecido en todo el tiempo... miró a Úrsula, que había terminado de derribar al único guerrero con el que tuvo el desafortunado encuentro de ser derribado de su rinoceronte. Ella parecía estar resistiendo bien. —Ursula, revisa el otro lado de esas casas.
