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No pude dormir nada en toda la noche. Solo podía ver la cabeza de luz en mi pecho, sus brazos rodeando mis caderas y nuestras piernas entrelazadas. Solo pensaba en todas las situaciones donde yo pensaba que era normal lo que sentía. Mi hermana tenía razón. Pero no se lo voy a admitir. No tiene porque saberlo, al igual que Luz tampoco tiene que saberlo. Me he pasado la noche pensando si ella se habrá dado cuenta de mis sentimientos, toda la noche deseando que no se note todas las veces que me quedo embobada frente sus ojos. 

- Ainhoa no me mires mas que estoy muy fea dormida.

- Eso no es verdad, estás guapísima, y no te estaba mirando.

Salimos de la habitación tras muchos besitos por la cara para hacer un desayuno en condiciones a la familia. No se si Luz habrá estado mucho despierta, pero el echo de que sepa que la estaba mirando y que no sonara enfadada, hace que sea la persona mas tierna del mundo. 

En la cocina, sin hacer demasiado ruido decidimos hacer tortitas, no puedo explicar lo bien que estoy cuando estoy con Luz, es como estar en una nube, como si el exterior no existiera. 

Y me dejé llevar en esa nube, dejé de pensar cuando le llené el moflete de harina, cuando me puso ese puchero y cuando me quiso poner un poco de la masa en la nariz haciendo puntillas para llegar bien a mi cara, me dejé llevar cuando la tenía en mi cara, de puntillas, con una mano en mi cadera y la otra en mi cara mirándome fijamente a los ojos, me dejé llevar cuando desvié la mirada hacía sus labios y me relamí, cuando vi como suspiró, se sonrojó y sonrió, me dejé llevar  cuando me miraba ella a mi los labios y sentí en el estomago un remolino de emociones, me dejé llevar cuando me besó. 

Luz me estaba besando en la cocina de su casa, no pude reaccionar en el primer segundo, pero cuando mis neuronas se conectaron no dude en seguir el beso, ni en acribillar ese cuello a besos ni en hacerle algún mordisco. Cuando nos separamos, estábamos rojas, con los labios hinchados y la respiración tan acelerada como si hubiéramos corrido una maratón. Y se rió, y yo no pude evitar mirarle con una sonrisa boba en la cara, y le besé, porque no tenía ya ganas de nada mas después de probar su boca. 

- Yo encantada de besarte todo el día pero se nos van a quemas las tortitas, chef.

- Como si se quema el menú mas prestigioso del mundo, solo quiero besarte Luz, eres adictiva.

Y nos seguimos besando, y haciendo tortitas, y hablando, hablando de las ganas que teníamos, de lo que nos queremos, hablando de lo que sentimos y lo que sentiremos. 

Sus padres y su hermano salieron de sus habitaciones sorprendidos al ver esa torre de tortitas que habíamos cocinado, y no pude evitar ponerme roja sabiendo que nos hemos estado besando mientras las hacíamos.  Después de ese desayuno tan increíble, nosotras nos fuimos al hotel. Hoy no trabajábamos, hoy era nuestro día libre, pero teníamos prisa por otra cosa, teníamos cierta prisa por llegar a mi habitación, las dos solas, por besarnos, por dejarnos llevar de la manera en la que lo estábamos deseando desde hacía meses. Teníamos ganas de pasar todo el día juntas, y eso hicimos. Después de una mañana llena de besos, de caricias y de palabras bonitas, salimos a comer. Íbamos con las manos entrelazadas, y nunca me he sentido tan bien teniendo la mano de otra persona junto a la mía. Nunca me he sentido tan bien hablando con otra persona, nunca me había sentido tan segura hablando de mis sentimientos, de mi pasado, de mí.

 Y con esta felicidad de tener en mi vida a Luz, de poder compartirlo todo, de poder vivir mi vida con ella, me adentré en mi habitación, con una sonrisa en la boca y el corazón contento, lista para contarle el día de hoy a mi hermana, preparada para que me diga que ella sabía que nos gustamos, y lista para escucharlo todo.



Gracias x leer. 

LA VIDA CONTIGO - LUZNHOAWhere stories live. Discover now