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Tres días, sólo habían pasado tres días desde que Aroa se fue. Y yo no era capaz de pensar en otra cosa que no fuera las diversas conversaciones que tuve con ella sobre Luz. Si no era normal ponerme roja cuando me miraba, que si no era normal estar tan nerviosa cerca suya... Cómo si no fuera normal querer tanto a tu amiga. También recordaba todas las veces que me decía que Luz se moría por mi, que yo no soy tan graciosa como para que se ría de todo lo que le digo. ¡Pues claro que soy graciosa! Tengo un humor vasco, eso si, pero lo tengo. 

Entre pensamientos y suspiros la vi, Luz me estaba esperando en el banco de siempre. Habíamos quedado para irnos a un prado. A ella le hacía mucha ilusión hacer de guía y yo no me podía quejar de tener a una guia turística tan guapa, tan simpática, tan buena, tan de todo. 

Mi amiga tenía a su lado una mochila llena de comida y agua para nuestro paseo, vi como se levantaba del banco mientras me acercaba a ella y como venia hacía mi corriendo, como si lleváramos siglos sin vernos, y en realidad solo habían pasado horas desde nuestro último abrazo.

Luz estaba tan emocionada de llevarme a ese prado que en ningún momento soltó el agarre de nuestras manos. Yo solo podía mirar nuestras manos, que ella había entrelazado cuando salíamos del pueblo. Sentía que en mi estomago flotaban mil mariposas, truenos y huracanes solo con tener su mano unida a la mía. En cuanto se soltó para sentarse en aquel prado verde, llevo de vegetación, animalitos y un sol que no era demasiado fuerte, me empecé a sentir vacía. 

Habían pasado unas cuantas horas en las que estuvimos tumbadas en una toalla hablando y mirando el cielo, la paz que siento con Luz es algo inexplicable, comimos y cuando empezó a anochecer decidimos ir hacía el pueblo. Yo solo quería estar con ella, las dos solas, pero hay que volver  la civilización. Volvimos por el mismo camino, antes de llegar al coche que nos llevaría al pueblo me dio un abrazo, abrazo que sentía que necesitaba como respirar. Y lo que menos me esperaba yo era que, una vez en el coche insistiera tanto en quedarme a cenar con su familia en su casa. No miento si digo que estaba de los nervios, pero no puedo decirle que no a esa carita. Así que aquí estoy, subiendo a la casa de Luz, mas nerviosa que nunca, no me había puesto tan nerviosa conociendo a la familia de mis amigas nunca. Pero con Luz es distinto, todo es distinto, no es como mis otras amigas, tenemos otra conexión. una especial. 

La cena fue espectacular, normal que Luz sea así con esos padres maravillosos que tiene. Insistieron tanto para que me quedara a dormir que era imposible negarme. Pero mi mayor problema no era negarme. Mi mayor problema es ahora, estar en la habitación de Luz, sentada en su cama de una plaza mientras ella se pone el pijama delante mía. Técnicamente no pasa nada, no es la primera vez que una amiga se desnuda delante mía para vestirse, pero nunca he estado tan nerviosa cuando lo hacían. Nunca me he fijado en sus caderas, en esa espalda blanca, en sus piernas. Porque a tus amigas no las miras como estoy yo mirando a Luz. Y se ha dado cuenta, claro que se ha dado cuenta que me la estoy comiendo, sin querer, con la mirada. Se ha dado cuenta porque me esta mirando completamente roja, no se ha puesto la camiseta y se esta acercando demasiado a mi.  

- Ainhoa que pasa, ¿te gusta mi pijama que lo estás mirando embobada?

-¿Qué? ah, si si, que si me dejas uno. No creo que quieras que duerma desnuda.

- A mi no me importaría eh, pero pasarías frío.


Si, pasaría frio durmiendo con ella al lado,  solo con la camiseta que lleva en una cama para una sola persona donde tenemos que dormir las dos. Me debería cambiar lo mas rápido posible pero no puedo. Se que me esta mirando y evito ir rápida, me tomo mi tiempo en quitarme la ropa y ponerme la camiseta que me ha dejado, que me viene un poco corta. Se que me sigue mirando, noto como me sigue con la mirada, pero yo no puedo ni mirarla, no puedo ni respirar, si respiro me daría cuenta de lo que está pasando. Estar tan nerviosa con tu amiga no es normal, sentir lo que siento cuando me mira no es normal, querer que me bese no es de amigas, claro que no, eso no es normal Ainhoa, lo que te pasa es que te gusta Luz.


LA VIDA CONTIGO - LUZNHOAWhere stories live. Discover now