Capítulo 03

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Al día siguiente me desperté preguntándome si todo había sido un sueño.

Me levanté de la cama y mi cadera dolía inexplicablemente, las piernas eran inestables, además tenía moretones en mis muñeca, bueno, marcas de atadura; entonces exclamé —¡No caray, no fue sueño!.

A mis 20 años tuve mi primera vez, y con alguien 8 años mayor que yo, ¡Dios mío!.

Llegué a la universidad y lo que menos quería era encontrarme con él, aún siento un poco de vergüenza, sé que ya ha visto más de lo que cualquiera conoce de mí, pero de igual forma no puedo evitar que la vergüenza se apodere de mí

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Llegué a la universidad y lo que menos quería era encontrarme con él, aún siento un poco de vergüenza, sé que ya ha visto más de lo que cualquiera conoce de mí, pero de igual forma no puedo evitar que la vergüenza se apodere de mí. Y lo peor es que hoy toca su clase. 

—Romiii —gritaba Josué acercándose con dos cafés fríos.

—Te extrañé —dije abrazándolo fuerte —¡debo contarte algo!.

—Ya decía yo que tanto cariño era extraño —respondió con cara de indignación.

—Esto es serio.

—Está bien, sentémonos en la cafetería, ahí no hay mucha gente.

Lo miré fijamente y rodee sus manos con las mías.

—Espera, espera Romi, ¿te me vas a confesar? te amo, pero tendré que rechazarte.

—¿Crees que después de ver como roncas y te quitas los mocos te voy a decir que me gustas? —le dije levantando el puño.

—¡Yo no ronco! —exclamó.

—Esto es realmente serio, es que no sé cómo empezar.

—Empieza por el comienzo —bromeó.

—Tuve sexo —solté en voz baja.

—Ohhh, por fin, te estabas tardando. A ver, entiendo que haya sido tú primera vez, pero no debías reaccionar así, me asusté, realmente creí que era algo serio o que te habia sucedido algo malo.

—Lo hice con el profesor Éric —volví a hablar.

—¡¿Quééééé?! —exclamó Josué dejando caer el café qué se encontraba en su boca. —Esa es mi chica.

Tomó mi cara tiernamente y me dio un beso en la mejilla.

—Se que las primeras veces no siempre son la mejor experiencia, pero realmente espero que la tuya haya sido memorable; porque no me gusta verte sufrir, lo sabes Romi.

—Por supuesto que lo sé, y no te preocupes, fue muy memorable.

—No obstante, Romi, es que me parece que fue un poco precipitado, ni siquiera te vi interactuando tanto con él.

—Sí, ya sé que fue todo muy apresurado, pero es que él es un imán que me atrae sin mucho apuro —suspiré —me produce sentimientos nunca antes experimentados.

El poder de tus besosМесто, где живут истории. Откройте их для себя