capitulo 1

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Mientras veo como las vendedoras ambulantes de la playa,se buscan la vida caminando durante horas los mismos pasos, que han dado durante muchos días. Veo como el, esta acostado en la arena, con sus cabellos dorados brillando con el sol, su espalda blanca tomando color por los rayos solares y el extraño bañador de color rosa,deslumbra.

Miriam, una de mis mejores amigas, esta a su lado. Mirándole, puede parece ridículo pensar que todo el mundo le quiere, todos y todas le desean en algún momento y me cuesta saber aquello.
No pienso que sea imposible tenerle entre mis manos, pero lo veo algo lejano e incluso difícil, esta completamente enamorado, tanto que me duele verle asi y ver como ella, jessica, pasa completamente de el, como le manipula y le hace sentir inferior a el.
Tiene los cabellos dorados y los ojos azules como un manantial de Finlandia, nunca he estado en es país, pero según mi padre son tan azules como el mar en pleno invierno.
Me quedo en silencio, intentando evitar mirarle a los ojos, intentando que no me descubran y sepan que le deseo.
Me meto a la boca una patata frita, siento como el crujir me hace doler la cabeza y me recorre un extraña sensación por todo el cuerpo.
-hemos acabado el instituto. -me dice Nour, mi mejor amiga-tendrías que estar mas animado, se que te pasa algo.
La miro, olvidaba que hay personas a las cuales no puedo engañar de ninguna de las formas. Nour o nora cm la llamo yo, es una de esas personas.
-no me pasa nada.-respondo.
-tarde o temprano me lo diras.-me dice acercandose a mi, tocando mi nariz con un dedo.
-tengo hambre.- añade charles, un amigo de jessica, el cual no soporto de cierto modo.
Come algo y se queda en un rincon del lugar, con el pecho al aire y una bolsa de patatas en la mano.
-es hora de marcharse. -añade jessica.-en un par de horas vendran a buscarme para ir al aeropuerto.
Abro los ojos y me doy cuenta que me habia olvidado de aquello, nos hemos hecho mayores, algunos tomamos otros caminos ! Maldita sea¡ todos se marchan, a otras ciudades e incluso otros paises.
Me quedo solo en esta ciudad, resoplo y nos marchamos con rapidez.

--------8 años despues------

Me despierto con la alarma de mi despertador sonando a todo volumen. Un despertador que suena todos los dias,-incluyendo fines de semana- a la misma hora y con el mismo tono de siempre.
Me pongo en pie, me doy una ducha corta y salgo.
Tengo los cabellos mojado, maldita sea, siempre me pasa lo mismo. Me pongo la ropa y salgo en dirección a el salon.
Me siento, christine esta a mi lado. Le doy un beso en la mejilla y como las tostadas.
-seguro que quieres hacerlo?-me pregunta mordiendose el labio inferior.
-si.-respondo con una sonrisa.-aunque estoy nervioso.
Me mira, sus ojos marrones se clavan en mi con intensidad.
-es normal.- se mete una tostada a la boca-¿porque no le dices a tu padre que no quieres ir?
La miro.
-si que quiero ir.
Se queda en silencio, bufa y se rie por lo bajo. Me conoce muy bien y sabe que no quiero ir, pero me da igual, ya me he levantado para ir.
-como crees que sera?-le pregunto.
-supongo que tendra dos ojos y un corazón, ¿no?.
-había olvidado que no sueles ayudar.
Me lavo los dientes, mientras ella sigue hablándome de algo, cosas que no me interesan y he dejado de escuchar.
Mi padre me ha organizado una entrevista de trabajo, despues de la universidad viene el trabajo. Nadie me dijo eso y ahora tengo que hacerlo. Me sigo preguntando, que hare yo, un estudiante de arte y literatura española, en una empresa de hoteles.
Me pongo perfume, me veo un segundo en el espejo. No recuerdo estar tan elegante, mis ojos verdes resaltan con el azul oscuro de la camisa y la corbata me hace ver mas mayor. Odio ir asi.
Tomo las llaves, doy dos pasos y abro la puerta.
-suerte con el lobo.- me dice Christine sonriendo de oreja a oreja, y una tostada en la mano.
NO recuerdo la ultima vez que pase tanto miedo. Mi padre, un hombre de clase trabajadora, me ha conseguido una entrevista con uno de los mas ricos del pais, no entiendo porque lo ha hecho y peor aun, como lo ha hecho.
Los hoteles Roy. Uno cadena de hoteles por todo el mundo, la cual es manejada por el multimillonario Daniel Dilaurenttis.
Introduzco la llave en el coche y comienzo a conducir, me tiembla el labio inferior y el corazón me va a mil por minuto.
Mientras en la radio se escucha la cancion: Born to die, yo me intento mantener despierto, tranquilo y neutral, no mostrar nerviosismo alguno.
En este momento odio a mi padre, bueno no es mi padre, se llama Jack, tiene solo diecisiete años mas que yo y se caso con mi madre cuando yo tenia ocho. Pero le considero mi padre, ya que el mio se marcho hace mucho.
Sigo conduciendo por la carretera principal, llego mucho más antes de lo que yo pensaba. me bajo del coche, cierro la puerta y una mujer de cabellos dorados, me habla, no le entiendo, los nervios me controlan hasta el rincon mas alejado de mi cerebro.
-pase por aqui por favor.- dice la mujer introduciéndome en la entrada principal del hotel.
Me quedo maravillado, es alucinante, todo tiene un color metalico muy fresco y en la entrada esta el nombre de el, en letras gigantes.
La mujer se marcha, me quedo solo en aquel grande salón principal. Doy unos pasos hasta la recepción del hotel, pongo los brazos sobre el mostrador.
-En que podemos ayudarle?-me dice una chica de cabellos dorados como el sol.
-busco al señor Dilaurenttis-digo con la voz entrecortada.
-Es usted el señor Montgomery?- me quedo petrificado al escuchar mi apellido.
-si.
La mujer se pone de pie, es mucho mas alta que yo, algo que me hace sentir inferior. Me muerdo el labio inferior, cuando me hace el gesto para que la siga.
Me muevo en su direccion, los tacones retumban por el salon y nos detenemos frente aun ascensor.
-tome esta llave.- me da una extraña tarjeta de color gris,¿es esto una llave?.-introduzcala en el ascensor y le llevará directamente al despacho del señor Dilaurenttis.- la mujer me sonrie, baja la cabeza y se marcha devuelta a su puesto de trabajo.
El ascensor llega, se abre completamente y entro sin pensarlo dos veces. Introduzco la tarjeta en una pequeña ranura de la pared de la caja elevadora y las puertas se cierran con rapidez. Me sobre salto y el elevador comienza a subir con rapidez.
Mientras yo siento como el corazón se me va a salir por la boca, de fondo se escucha una cancion tranquila y muy baja, me muerdo el interior de la boca cuando las puertas del ascensor se abren, dejándome en una habitación del mismo color que la entrada:gris.

El deseo de Daniel  (gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora