"-¿Quién diría que al jefe de la empresa le gusta seguir órdenes mientras se lo follan?
[...]
-¿Quieres mi nudo, bebé? Eso quieres, ¿no es cierto?
-S-sí...
Una embestida más lo hizo cerrar los ojos con fuerza, Louis estaba siendo especialmente duro...
Harry sintió el momento exacto en el que una pequeña lágrima descendió por su mejilla.
No podía existir una mayor prueba de amor que asegurarse de ser capaz de amar y amarse como ambos merecían.
No pudo evitar arrojarse sobre él para besarlo. Su lobo estaba demasiado feliz; se sentía amado y valorado, pero sobre todo, se sentía jodidamente orgulloso.
No es sencillo admitir que necesitas ayuda cuando toda tu vida te la negaron.
El alfa sostuvo su cintura con cariño y besó su nariz cuando se separaron; podría jurar que jamás había visto sus ojos brillar con esa intensidad.
—Gracias, mi Eros.
Louis acarició su cintura con los pulgares, su lobo totalmente alegre —Gracias a ti —decidió aclararse ante la mirada de confusión de su pareja —, por darme el apoyo que necesitaba para ser mejor.
Harry sintió sus mejillas teñirse de rojo, por lo que únicamente abrazó su torso, encontrando su lugar entre sus brazos como siempre había sido.
—¿Quieres quedarte a dormir hoy?
O toda la vida quizás. Pensó.
Quizás en otro momento.
—Me encantaría.
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18 de octubre
Harry sonrió en cuanto su novio entró a su oficina; llevaba uno de sus trajes ceñidos al cuerpo que lo hacían verse jodidamente lindo y una bolsa de comida de la cafetería a la que siempre iban.
—La señora Jefferson te envía saludos, extraña vernos almorzar ahí.
Hizo un pequeño puchero con tristeza; la señora Jefferson era la adorable omega que dirigía aquella cafetería, siempre era amable y hacía que ir ahí fuera especial de cierto modo.
—El trabajo es una mierda, la extraño.
Louis besó su frente antes de sentarse y comenzar a sacar la comida —Podríamos pasar a saludar al salir del trabajo. Le hará feliz verte.
Su lobo aceptó la idea de inmediato, sintiéndose feliz al pensar en ella —Eso sería genial, gracias.
Almorzaron tranquilamente mientras Harry seguía trabajando en su computadora. No paraba ni un segundo, pero agradecía que Louis estuviera a su lado para apoyarlo.
—¿Puedes venir aquí y revisar esto? Es sobre la edición de este mes. Lo acaban de enviar del departamento de corrección, pero llevo tanto tiempo viendo esta pantalla que ya ni siquiera sé si las palabras que leo realmente están ahí.
El alfa rio suavemente antes de ponerse de pie e inclinarse a su lado para leer. Harry aprovechó eso para levantarse y estirar un poco; estaba totalmente exhausto y apenas era medio día.
