*+:。.。Capítulo 30-Final。.。:+*

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Taehyung poco a poco abrió los ojos gracias a la molesta luz que se colaba por las cortinas de su habitación. Se incorporó hasta quedar sentando para estirar sus rígidas extremidades, pero al desviar su mirada a lado contrario vacío de su cama, se asustó al no ver a Jungkook ahí. No podía ser un sueño lo de la noche anterior, porque él era la clara prueba de lo sucedido, ya que todavía sentía los estragos de la experiencia tan fantástica que tuvo hace unas horas. Sin embargo, fue inevitable que el miedo lo agobiara.

¿Acaso Jungkook se fue sin despedirse después de eso?

Justo cuando quiso ponerse de pie para ir en su búsqueda en lugar de crear escenarios desastrosos en su cabeza, el azabache ingresó por la puerta con una bandeja en la que llevaba su desayuno, portando únicamente su ropa interior.

—Ohh, estás despierto, Tae. ¿Cómo amaneciste? —cuestionó con esa radiante sonrisa que le recordaba a un conejito.

—Jungkookie...

Importándole muy poco estar desnudo, o la leve incomodidad que su parte trasera sufría, Kim se incorporó para abrazar al azabache. Jeon dejó a un lado la bandeja repleta de alimentos para recibirlo con gusto entre sus brazos, tratando de ignorar que ese castaño que lo convertía en un mocoso hormonal seguía luciendo tal cual cómo llegó al mundo.

—Pensé que me habías dejado otra vez.

—Creo que no te quedó claro, pero eso no lo haré nunca jamás. Te amo tanto y que tú me correspondas, me hace querer ser un egoísta y no desear compartirte con nadie más.

—Entonces, estamos en iguales condiciones, conejito—le sonrió, poniendo sus labios en forma de piquito, esperando un beso que no demoró en recibir.

—¿Seré tu conejito? —Taehyung asintió con felicidad, al ver que el mote cariñoso que eligió para Jungkook fue del agrado del mismo—. Entonces tú serás el osito al que le tendré que dar muchos mimos.

—Me gusta el apodo, pero no creas que no puedo ser el tigre que cace al tierno conejito.

—Ya lo veremos—lo retó con cierto toque de diversión.

Antes de que Taehyung pudiera replicar, Jeon lo sometió a una sesión de cosquillas que lo hizo estallar en risas hasta que ambos se dejaron caer sobre la desordenada cama. La pareja se acariciaba con parsimonia y dedicación, provocándose suspiros a tal punto de que su libido hiciera acto de presencia.

—Antes de cualquier cosa, deberíamos desayunar para reponer nuestras energías perdidas, mi osito tigre— sugirió, sintiendo como una mano traviesa apretaba una de sus nalgas—. No creas que no me doy cuenta de tus intenciones, eres demasiado obvio.

—Esa era la idea, cariño. Me agrada que te dieras cuenta—dio un azote, provocando que el su acompañante se sonrojara por su atrevimiento—. Pero tienes tanta razón, mi estómago necesita de alimento para continuar con lo de anoche.

—Con que eres un insaciable—rio bajito—Debí suponerlo, siempre me pareciste un desvergonzado cuando me coqueteabas sin importarte nada.

—Solo porque se trata de ti, contigo desde el inicio me nació ser así—canturrió y ambos unieron sus labios en un beso corto—. No sabes cuantas ganas tengo de ver al conejito saltando sobre mí.

—¡Por dios, Tae! —le propinó un suave golpe en el pecho, desviando la mirada—. No es momento para que me hables sucio, comamos mejor.

Jungkook se levantó con la única intención de pasarle el desayuno a Taehyung, quien estaba cómodamente recostado en el colchón, riéndose a carcajadas por la expresión avergonzada que su azabache le regaló. Los enamorados no tardaron en devorarse las tostadas con mermelada de fresa y las salchichas fritas con huevos revueltos, que eran acompañadas por un delicioso jugo de naranja recién exprimida.

Profesor de Amor; TKVWhere stories live. Discover now