RAZÓN CUATRO.

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•|.Silencioso.|•

''''

Sus manos me sostenían de la misma forma. Fuerte, teniendo todo el control de mi cuerpo y como siempre, me era incapaz moverme. Estaba paralizado por la presencia de Tomioka frente a mí.

Sus ojos eran expresivos, por primera vez él me miraba con otros ojos. Parecían llenos de un deseo, era extraño. Mi estómago me decía que estaba mal, que no debía estar en esa situación.

El espacio donde estábamos tenía un aura aterradora, sabía que algo malo pasaría cada vez que ese ser se acercaba a mí. Él no era Tomioka.

Sentía que estaba aprisionado a la pared, me tenía acorralado. Sus manos sujetas a las mías eran suficiente para dejarme inmovil y sus ojos fijos en mí me impedían hacer algo contra él, de todas formas sentía que no podía moverme. Todo estaba muy lento, no podía gritar tampoco.

Era un mal sueño, se sentía como uno cuando su rostro estaba tan cerca del mío que no pude evitar sentir su respiración. Su aliento caliente choco contra mi cara, me erizo la piel.

Con cuidado subió mis brazos por encima de mi cabeza, sujeto mis muñecas con una de sus manos y la otra la bajo lentamente a mi rostro.

No entendía porque estaba pasando esto, cerré mis ojos y solo sentí como bajaba mis vendas. A mi corazón le dió un paro, eso no.

La idea de que alguien me vea sin ellas era desgarradora y aún más desagradable que está estúpida situación. El asco se acumula en mi garganta, no podía decirle nada.

Cerré mis ojos esperando lo peor, para posteriormente despertar en el mismo lugar donde me había dormido con anterioridad. Gire mi cabeza a los lados verificando que no haya nadie, solo Kaburamaru, estaba tranquilo.

Mi respiración antes agitada, ahora estaba un poco más calmada. Mire hacia mis manos y esa sensación de sus manos ásperas en ellas volvió otra vez. Esto era un desastre, no debo pensar más en él.

No quiero. Ya no quiero volver a actuar de esas formas tan extrañas en su presencia, tampoco quiero verlo. Era extraño sentir que me atraía a verlo, ya lo había detallado muchas veces antes, ¿por qué seguía queriendo hacerlo?

Este sueño fue el colmo para darme cuenta de su efecto en mí, no parece ser bueno. Pase mis manos en mi cara, sobando mis ojos pensando mejor.

Me siento enojado conmigo, sentía un profundo desprecio hacia mí y otras mezclas de sentimientos negativos. No encontraba razón para esto que me esta ocurriendo.

—...¡Actúas como una maldita niña enamorada!...

No. Eso no podía ser.

No tiene sentido, jamás me gustaría el cara de rata.

Solo es una mala racha de elecciones y un mal sueño, una pesadilla. Y en cierto punto lo era, la atmósfera era digna de alguna historia de terror y la forma en la que se acercaba Tomioka con intención de querer quitarme mis vendas me hizo estremecer. Nadie me puede ver sin ellas, ni siquiera yo deseo seguir viendo mi horrible rostro.

Eliminé, por al menos un momento, esos sentimientos horribles. Ya era hora de ir con el patrón. Me gustaría que fuese una misión para irme lejos de aquí, con un tiempo fuera podría darme la privacidad necesaria para vivir tranquilo un tiempo y pensar en este asunto.

Me pare de mi sitio, y camine hacia donde siempre se encuentra el patrón para estás reuniones. Camino por el enorme sitio, observando como poco a poco el lugar se oscurece y veo la presencia del anochecer. De inmediato pensé en salir a cazar a algún demonio despistado para descargarme un poco.

•-Razones Para Odiarte-•GiyuOba•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora