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Egan:

Observo la mano que tengo entrelazada a la mía, tan aferrada a mi como la unión que acabamos de hacer.

Joder, me case.

Me case con la mujer que amo, me lo repito y no me lo creo, pero el anillo de casada en su dedo infla mi pecho de orgullo y tiene mi corazón como nunca.

—¿Te gusta?—Me acerco por atrás abrazándole la cintura a mi esposa.

Mi esposa.

Mia... Solo mía.

—¿Has preparado esto para nosotros?

Hemos entrado a nuestra habitación en la casona y ella ha quedado fascinada observando lo que mande a preparar para nuestra noche de bodas, la cama matrimonial decorada con sabanas blancas, pétalos y dos cortinas que caen desde el techo y cubren todo el filo de la cama, también solicite el mejor de sus vinos y hielo, mientras en el centro mande a poner una tina lo suficiente grande para los dos y llena de agua con pétalos de flores flotando en la superficie.

—¿Olvidas lo que dije? He preparado todo para nosotros.

Se vuelve hacia mi y me besa en la boca sin soltarme la mano, luego ríe y la dejo ir a recorrer la habitación, la sonrisa en su rostro me llena mientras se pasea por el cuarto tocando las cortinas y los pétalos en la cama, para luego dirigirse a la tina donde sus manos tocan el agua.

Y verla asi me hace ver que llegar a este momento ha valido completamente la pena, aunque sigo creyendo que Elina se merece más y jamás será suficiente para compensar el mal bache por el que pasamos para llegar aqui ... sin embargo ella me da esa sonrisa y la preocupación se me va...

—¿Tomamos un baño, esposo mío?—Viene hacia y me extiende la mano.

Una sonrisa curva mis labios al oírla y vuelvo a entrelazar nuestros dedos.

—Vuelve a decirlo.

—¿Qué cosa?

—Sabes que...

Sonríe y busca mis labios.—Esposo, mi esposo.

Joder...

Que maravilloso suena.




(***)



Mis dedos hacen masajes en el cuello de Elina mientras ella recoge agua entre sus manos buscando atrapar los pétalos que nadan a nuestro alrededor, estamos en la tina y la tengo delante de mi, me ocupo de su cabello el cual levanto para jabonar bien la espalda y le doy un beso en el cuello.

Ella sonríe y se gira para besarme, luego acomoda la espalda sobre mi torso recostándose.

—Creo que te he amado siempre.—Murmuro sobre sus labios.

—¿Eso piensas?

Respiro profundo.—No lo pienso, lo creo..

Se muerde los labios.

—Amo este Egan, el Egan enamorado.—Me dice y me rio.

—¿También amas a este?—Pregunto y le toco los pezones, su cuerpo reacciona a mi toque, bajo los dedos por su vientre y mi mente se emociona cuando la idea se me cruza.

Disputa por el Trono (#5 Amores en la Realeza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora