Pólvora. [Peaky Blinders]

Cap. 7 "Similares"

Él no era ningún ingenuo, la llegada repentina y sin explicación de la rubia le había estado rondando en su cabeza más de lo que quisiera admitir sin embargo. Fue cuando finalmente hablaron, investigó, que se quedó más tranquilo y la catalogó dentro de las personas a no preocuparse. Sin embargo, aún recordaba las miradas furtivas de la pelinegra a la rubia. No era para su sorpresa que Victoria desconfiara de Grace y mucho.

Recordando las cientos de veces que no se había equivocado, que incluso aunque sonara loco, ella solía ser precavida. La que se preocupaba por los dos... Pero también pensaba, en que algo no le estaban diciendo. Era obvio que Victoria, en esa charla con el inspector algo hizo o dijo. El hombre no era tan atrevido como para poner en prisión a Victoria sin una razón que lo respalde y mucho menos cuando él mismo sabe que no fueron los Peaky Blinders los causantes de esa muerte. En cambio, Victoria era impulsiva, esa misma impulsividad la había metido en varios conflictos, peleas y acusaciones de las cuales, Thomas siempre la sacaba. Sin embargo, esta vez no. Tenían muchos problemas juntos como para preocuparse por la impulsividad de Victoria. Lo dejaría en manos de la negociación. Como le dijo la noche anterior a Danny, la verdad viaja, pero más lento que la mentira. Ya pronto se descubriría la verdad. Mientras tanto mandaría Jonh o algo así para calmar a la bestia dentro de la cárcel. Y por lo tanto calmar también a Polly.

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El agua corría por su cara, limpiando todo rastro de carbón del ambiente de Small Heath. Sus manos untaban la loción que usaría. La fina tela del vestido elegido corría por su cuerpo cual caricia. Al mismo tiempo que un saco era puesto sobre sus hombros.

Nervios. Eso sentían ambos. Ansiedad por el momento, ansiedad ante lo venidero. Thomas en su mente se preparaba para cualquier escenario que se le presentara. Sin embargo, Grace estaba a ciegas... Ciegas no solo ante lo que le esperaba, sino ante qué posición tomaría. Por un lado estaba su misión y su constante acordarse de cuál era el motivo por el cual estaba ahí. La sangre en sus manos se lo recordaba todo el tiempo, No podía alejarse de la línea o iría mal. Sin embargo, una parte de ella también disfrutaba del momento, la ansiedad de preparase de estar linda. Checar el pelo dos o tres veces más. Recordar los momentos en los cuales cuando estaba con Thomas las manchas de sangre de sus manos se volvían invisibles. Su misión se volvía algo cotidiano y la presión de hacer las cosas bien y la responsabilidad desaparecía... comenzaba a disfrutar.

Las piedras bajo las llantas del automóvil sonaban cuando la pareja iba pasando.

Las piedras bajo los zapatos engomados de todos ellos también resonaban a su paso.

Las piedras del piso de la cárcel resonaban bajo sus tacones en una vuelta en círculo.

Una cita en las carreras, un robo organizado y un interrogatorio, no tenían mucho en común. Pero algo sí o sí compartían. En ese momento las cosas cambiarían, para uno, para otros y para ella.

Las últimas instrucciones antes de la guerra. Hacer las cosas bien. Darle a los injustos su merecido. Enseñar cómo se hacen las cosas realmente. Defenderte si te atacan. No quedarte con nada. Y recordar siempre, que más allá de todo, eres un peaky Blinder, parte de una familia que no se doblega ante nada.

Las mismas instrucciones resonaban en ese callejón de Cheltenham, hacían eco en las cuatros paredes de Victoria y gritaban en el recóndito laberinto de la mente de Thomas.

Los pasos sacos resonaban bajando las escaleras del pasillo de celdas que se encontraba en la comisaría. Sabía que venían a interrogarla, esperaba que no fuera el inspector porque quizá no se contendría y solo traería más problemas a su situación. Ella trataba de aparentar estar tranquila, sin embargo por dentro era un hervor. Su sangre burbujeaba a causa del enojo. Sus huesos dolían por culpa de la humedad. Sus ojos ardían por las lagrimas que estab tratando de reprimir.