Cap. 5 "Robo madrugador"

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Mongham Boy, corrió la carrera tan esperada, del mismo modo que tan esperado,perdió.. Las apuestas iban y venían, los valores en la pizarra cambiaban a cada segundo, monedas, peniques y muchos billetes eran contados.

En el fondo de la misma habitación estaba Polly, hablando mientras se desataba el mismísimo infierno. El apuro y el enojo hecho persona se dirigía al cine. Donde a Ada una confrontación la esperaba.

En los establos, luego de que el enojo inundó su ser, Victoria estaba más despierta, causando la alegría de Curly, pero al verla tan enojada, se dio cuenta de que no todo estaba bien.

- ¿Qué te sucedió?

-- Thomas Shelby me sucedió, y su puta desconfianza.

Ante las palabras más drásticas de ella. Charlie la mandó a su casa, a descansar. Fuera de los caballos a los cuales iba a alterar. En su casa, se dio cuenta de que lo emocional siempre cansa más. El dolor, las lágrimas la tristeza, cansa se lleva todas tus fuerzas y te agota. Una vez más la vida le recordaba que las emociones, que el sentir era más que pérdida. Solo traía recuerdos, dolor, y de paso cansancio. Lo mejor era mantenerse fuerte, no perder el tiempo como ahora lo había hecho y no terminaría cansada, sin dolor, sin sentir.

Una comida caliente de Alice fue todo lo que necesitó. Un baño de agua caliente. Un trapo pasaba y raspaba su piel, como quien quiere olvidar todas las marcas de su piel. Pero muchas eran permanentes. Si bien la mancha de la pólvora de sus dedos se había ido. La marca de las quemaduras de la pólvora que a veces explotaba, seguían ahí. La mancha de la noche en que su espíritu murió pasó hace muchos años, el dolor seguía ahí. Por más veces que Polly le había dicho que su vida a partir de la noche en la que la encontró, cambiaría para mejor, aún quedaba la marca del dolor, de esa impotencia, de que te arrebatan tu desición; y no hay nada más feo que perder la libertad de decidir.

La tenue luz de la lámpara de aceite se iba apagando y con ella sus ojos. Entre sueños, estaba la eterna duda, ¿cómo hubiese sido? ¿Qué se habría sentido? ¿Me hubiese querido? ¿Hubiese sido buena madre?

El día comenzaba y sabía que algo tenía que hacer. El dolor del día anterior había sido suficiente para recordar el porque debía hacer algo. Se vistió presurosa, corrió hasta la casa de los Shelby y una vez allí, se encontró con Ada medio dormida en una posición extraña en el sofá. Despertarla fue incluso más difícil que dormir la noche pasada. Sin embargo bastó el soborno de algo de la panadería para que se levantase hambrienta y sin preguntar la acompañara.

En camino finalmente se atrevió a hablar.

- Ada, lamento mi reacción ayer... solo que no esperaba esa noticia. - al ver que no había reacción por parte de ella, continuó el camino. Una vez en la panadería compra el pan, incluso en el camino algo de miel para acompañar.

- Yo sí, justo por eso tenía miedo, realmente esperaba que no fuese así... pero...

Al ver que la Shelby guardó silencio la incitó a que terminara de hablar.

- Pero ahora no me arrepiento, no lo siento como un error, siento que, quizá no está mal. Tengo miedo, pero no de mí, ni de estar... así- dijo señalándose -- Tengo miedo de Freddie, y si realmente tienen razón y solo me utilizaba por ser hermana de Thomas... Y si no vuelve... Polly dice que los hombres nunca vuelven, desaparecen más rápido que la paz en la política.

Con esas palabras confirma la sospecha que tenía Victoria, Polly le contó su historia a Ada, con el fin de convencerla de sacar a su hijo. Quería manipular la balanza a su favor, pero no contaba con que Victoria también pudiera hablar, moviendo la balanza al otro lado.

Pólvora. [Peaky Blinders]Where stories live. Discover now