Capitulo 33

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Alisson

Para mí besar a alguien es algo más que el contacto físico, es algo importante, porque a partir de ese momento las cosas cambian, la confianza crece y se crea un vínculo intangible, que ninguno se atreve a confirmar pero que tampoco se puede negar.

Llegamos a un restaurante bonito, sencillo pero lindo, con una ambiente acogedor. Yo no dejo de pensar en ese beso, en lo que puede o no significar y en cómo me hizo sentir. Porque al menos para mí fue más de lo que esperaba.

Jake es guapo, eso nadie lo discute. Tiene unos ojos hermosos, las cejas pobladas y la mandíbula marcada. Sin olvidar sus labios finos que armonizan perfectamente con sus facciones.

— ¿Qué?

— Nada...— es que eres muy lindo y me distraes. — Sigamos. Si pudiera despertarse mañana habiendo adquirido una cualidad o una habilidad, ¿cuál sería?

— Mmm, ver el futuro.

— ¿Enserio? Si ves el final antes de la trama arruinas todo.

— Tienes razón, entonces creo que me gustaría...volar.

— ¿Volar?

— Imagina las fotos que podría tomar.

— A mí me gustaría ver mentes.

— ¿Leer mentes?

— No, verlas. Ver los pensamientos, los colores, los matices. Imagina poder ver de qué color son los sentimientos. ¿Y si el amor es azul y no rojo como muchos piensan? ¿o si la tristeza es naranja?

— ¿Si el enojo es verde?

— Exacto, me encantaría poder ver eso.

— Si, va contigo.

— Y luego pintaría lo que viera.

— Y yo expondría tus pinturas. — afirma con una sonrisa.

Diez Días En Verona ©Where stories live. Discover now