Cap 11

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El tiempo pareció detenerse por un momento.

Levi sacudió la cabeza, y Andrei miró fijamente a Yul con su boca abierta y ojos atónitos. Mikael cerró sus ojos con un profundo suspiro.

Yul, que había conmocionado a tres personas distintas, estaba ocupado respirando el aire fresco.

Después de tomar suficiente aire fresco, Yul giró los ojos y comenzó a entender la situación.

A primera vista, el hombre rubio sentado en el trono debe ser el Emperador. Afortunadamente, nadie más estaba presente.

Mikael le había dicho que guardara silencio porque otras personas podrían pensar que era un espíritu malvado, pero, ¿qué más podía hacer cuando estaba a punto de morir sofocado? Si ese iba a ser el caso, Yul hubiera preferido que Mikael lo sacara desde el principio, o que lo dejara descansar en el carruaje. ¿Por qué tenía que traerlo y hacerlo sufrir?

En primer lugar, si Mikael no lo hubiera sacado al exterior, esto no habría sucedido.

Yul miró a Mikael con resentimiento y después sonrió incómodamente mientras miraba hacia los ojos de color amatísta teñidos con asombro que se dirigían a él.

—Jajaja, ¿hola...? Oh, no, digo, ¡Saaaaludooos a Su Majestad el Emperador!

Yul, que saludó casualmente, recordó que la otra persona era el Emperador, y copió el saludo que Mikael había dado antes. Y, mientras inclinaba su redonda cabeza para decir hola, su cabeza que era relativamente pesada comparada con su cuerpo, cayó hacia adelante y casi cae al piso. Yul estaba asustado y agarró la chaqueta de Mikael tan fuerte como podía.

—Eek, eek, Pensé que iba a morir.

Yul, que sostenía el borde de la chaqueta de Mikael fuertemente como un salvavidas, suspiró con alivio. El problema era que la tela estaba hecha de satín muy terso, y la mano de Yul también era suave, así que sin importar qué tan fuerte se sostenía, se deslizó hacia abajo suavemente.

—Mikael, ¡levántame!

Al final, Yul pidió ayuda a Mikael.

Mikael, que había estado observando todo con ojos rojos, dejó salir un largo suspiro. Para ser exactos, tomó un profundo aliento. Se debía a la problemática muñeca de algodón que ni siquiera le escuchaba.

—Sólo cae.

—¿Ehh? ¿Cómo puedes decir eso? ¡Uwahhh! ¡Me deslizo, me deslizo!

Yul, que estaba a punto de protestar contra sus frías palabras, se deslizó y cayó al suelo mientras el borde de la chaqueta de Mikael se resbaló de su agarre. Mikael, que no tenía sangre ni lágrimas, era tan alto que no era diferente a caerse de una alta distancia desde el punto de vista de Yul.

¡Pum!

La muñeca de algodón cayó y rebotó en el suelo.

No dolió tanto como pensó para una caída con un sonido mortal. Yul alzó su rostro e inclinó la cabeza.

"Qué, ¿realmente no duele? ¿Es por el algodón?"

—Ayúdame un poco, ¡eres una persona tan malvada!

Su cuerpo estaba bien, pero su corazón fue herido severamente. ¿Debería llamarlo traición o resentimiento? Le había suplicado que lo atrapara, pero él no ayudó, Mikael era un tipo tan terrible. Yul elevó la vista hacia Mikael, resoplando.

—Mikael.

—...Sí.

—¿Te interesa la magia negra estos días?

Posesión De La muñeca De Algodón Del Maníaco Obsesivo - NovelaWhere stories live. Discover now