.Seven .

586 54 4
                                    

Abría pesadamente sus parpados, su vista esta nublosa y su respiración era cada vez más irregular. Trataba de saber dónde estaba, pero sus ojos no enfocaba bien, por lo tanto, se incorporó con dificultad.

Reconoció que estaba en una cama y luego que se encontraba en una habitación. Su nariz captó un aroma que se desprendía en cada parte del cuarto; un aroma que se le hacía familiar.

—¿Dónde...

—No te muevas.

Escuchó una voz ronca a los lejos y seguido de pasos acelerados que se acerban a él. Sintió como el toque frío ajeno lo acomodaba en la posición que estaba antes de despertar.

—Pronto vendrá el doctor.—aquella voz retumbaba en la cabeza de Sanji.

—¿Qun...—pronunció con dificultad.

Estaba sediento, su cabeza se partía en mil y de apoco su abdomen se iba quemando.

—...Agua.—balbuceo para luego tratar de sentarse, pero le era imposible, no tenía fuerzas en su brazos.

—Que molesto.—el chico agarró del vaso en la mesita—Abre la boca.—ordenó y llevó el agua hacia su boca, retenido el líquido en su cavidad.

Se acercó al rubio, lo agarró de sus mejillas y junto sus labios, hizo que el el líquido pasara a la boca ajena.

Sanji se sintió un poco más aliviado cuando su sed se calmó, pero le era difícil seguir soportando tanto dolor.

Du-Duele...—su sollozo empezó a escucharse y su cuerpo se movía inquieto—Ayu...dame... Zoro—pidió con pesar, mientras seguía moviéndose incómodo.

Repentinamente un fuerte e intenso aroma salió del cuerpo del rubio, dejando al mencionado sorpendido.

—Estas...en celo...—se tapó su nariz tratando de no oler las feromonas dulce de su prometido.

Cada segundo que pasaba era muy peligroso para el peliverde, las feromonas a limón era tan intensas que se le hacía difícil mantenerse cuerdo y no perder la compostura con tal tentación.

—Debo salir, maldición. —se volteó, pero enseguida fue retenido por la mano del Omega que lo sostenía del traje—S-Sueltame...—dijo en tono autoritario.

Miró de reojo al rubio y supo que fue la peor decisión; Sanji con sudor en todo su cuerpo, sus ojos azules brillaban como el reflejo de la luna hacia el mar y su cabello dorado que estaba tan desordenado le daba un aspecto tan inofensivo y tierno.

Zo-Zoro...—lo volvió a llamar, mostrando unos ojos lloroso y llenos de suplica.

—¡No digas mi nombre!.—alejó la mano ajena que lo retenía con rudeza—¡Maldición!.—a pasos pesados se dirigió hasta la puerta, ignorando los repetidos llamado a su nombre.

Se le hizo difícil, muy difícil, pero al ser un Alfa Dominante  pudo retener sus deseos por marcar a su esposo. Era lo menos que quería hacer.

Sintió como el aroma empezaba a esparcirse fuera del cuarto y eso lo hizo ponerse ansioso. Al ver que su hermana y varios de los guardias se acercaban a él, pero no el médico que había llamado hacia ya un tienpo se sintió tan molesto.

—¡Rápido, traigan a Chopper!.—ordenó y los guardias acudieron a su llamado, yéndose rápidamente.

—¡¿Qué sucede, Zoro?!.—preguntó Perona y al poco tiempo se tapó la nariz—Feromonas...—miró la puerta y supo que alguien había entrado en celo—Sanji-san...

—Ese maldito médico.—susurró frustrado.

—Deberias irte hermano, no podrás aguantar mucho más tiempo.—Perona sintió la mirada amenazante del peliverde—Sanji te dió una ducha de feromonas ¡Estuviste con el cuando esparció su aroma!.—agregó nerviosa.

—No me-.

—¡Señor Zoro!.—una voz se escuchaba a lo lejos del pasillo; el médico estaba corriendo velozmente hasta ellos—¿¡Donde está el paciente!?.—preguntó cuando llegó.

—En la habitación.—pronunció la pelirrosa, señalando la puerta—Sanji-san entró en celo.

—Bien, iré enseguida.—se acercó a la puerta apresurado, la abrió, pero se detuvo cuando sintió como alguien lo seguía—No puedes entrar, Zoro.—dijo serio parando las intenciones del duque—Sabes lo que pasa si te expones a las feromonas de un Omega en celo.

—Ya estuve con él.—dijo simple.

—¿¡Qué?!.—rápidamente lo olfateo y supo que era cierto, las feromonas de limón estaban en todo el cuerpo del peliverde y puede que no lo haya sentido porque él aroma ya estaba esparciendose fuera del cuerto—¡Dame tu brazo! ¡Rápido!.—Zoro hizo caso y sintió un pinchazo—listo.—dijo aliviado—Es un supresor, si sigues expandiéndote a las feromonas tu también entrarás en celo, Zoro.—entró y se asomó un poco—Quédate lejos de éste sector, yo lo estaré cuidando.—sin más cerró la puerta.

—Deberiamos irnos.—dijo Perona llevandose al peliverde con dificultad—Quédate en la habitación del del segundo piso, le diré a una criada que la prepare.—suspiró—Lo que hiciste fue peligroso.—dijo.

—No me vengas a regañar.—respondió molesto—No sabía que las cosas resultarían así.

—Per-.

—¡Señor, ya estoy aquí!.—se presentó delante de él, el médico—¿El paciente? ¿Dónde se encuentr-.

—¿El llamado del ducado te parece una broma?.—las feromonas que soltó eran tan espesa y dominantes, que hizo que el médico se arrodillara

—¡N-No se-señor!.—respondió con dificultad al respirar.

—¡Zoro, detente!.—el mencionado hizo caso, dejando de esparcir sus feromonas.

—Hablemos en mi oficina.—ordenó—Vete a descansar Hermana.—la miró de reojo y Perona solo suspiró agotada.

Los hermanos tomaron camino separados. Se sentía que la noche iba ser muy larga y pesada.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Capítulo corto, perdón 😔 ✋️

Estoy como que un poco ocupada con un montón de cosas 😮‍💨 que me están resultando difíciles de sobrellevar y resolver, pero bueno, yo sé que de alguna manera se arregla😵‍💫💪

Gracias por bancar la espera 🫶🤧
Espero que les guste (aunque sea corto)
Bye-bye 👋👋

¿Estás de mi lado?Where stories live. Discover now