Bienvenida a Suzuran

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La puerta que tenía frente a mí se abrió de golpe. Un hombre joven con traje y corbata entró en el salón a la carrera, acercándose al director.

-Tenemos problemas; ha venido la yakuza. - Su voz temblaba al pronunciar aquellas palabras.

- ¡Llamad a la policía! - Empezaba a pensar que eso no era un instituto, la palabra manicomio lo definía mejor, principalmente cuando una masa de alumnos me empujó fuera del edificio para ver lo que estaba ocurriendo en el exterior.

Un grupo de seis hombres se paró delante del edificio.

-¡¡¡Tamao Serizawa, quiero verte la cara!!! - ¡Venga ya! No podía ser cierto. Era imposible que seis hombres con bates de béisbol de aluminio vinieran a buscar a un solo chico. -Has mandado al hospital a uno de nuestros hombres, sal de una vez. - Me quedé en shock por unos instantes. Casi sin darme cuenta estaba buscando a Serizawa entre la multitud de estudiantes vestidos de negro. Para mi sorpresa ni él ni Tokyo se encontraban entre los presentes. Volví la vista al frente mirando a aquel hombre vestido con camisa roja y pantalón y gabardina blancos. Empezaron a hablar entre ellos antes de que el mismo hombre vestido de blanco y rojo se marchara.

- ¿Quiénes Serizawa? - Preguntó uno de los chicos de primer año.

-Hay que ser tonto para no saberlo; es la pesadilla de tercero. El rey de las bestias. - No pude evitar reírme interiormente por aquel comentario. ¿El rey de las bestias? Venga, no me jodas. No podía estar hablando en serio. Los cinco hombres que quedaban comenzaron a andar hacia nosotros. Una mano se aferró a la mía llamando mi atención.

-Quédate cerca de mí. - Tokaji me miró con semblante serio, colocándose a mi lado. De entre la multitud de jóvenes salió un chico alto y delgado, de cabello negro rapado en los laterales. Camino hasta ellos bostezando.

- ¿Eres Tamao Serizawa? - Preguntó uno de los hombres. Aquel chico no contestó. No me dio tiempo a reaccionar, ni a pensar siquiera. Aquel muchacho había dejado a los cinco hombres tirados en el suelo.

-¡¡¡Cuidado!!! - Reconocí aquella voz rápidamente. Serizawa atravesó el patio montado en la moto de Tokyo, casi llevándose por delante a nuestro compañero de instituto antes de estrellarse con una de las verjas. Serizawa se levantó del suelo, acercándose a él.

-Creo que estos eran mis invitados. - Dijo mirándole a los ojos, serio y calmado. Un hilo de sangre caía por su rostro desde la cabeza.

-Yo que sé. - Respondió el chico mirándole con un aire de superioridad.

-No nos conocemos. - Afirmó Serizawa.

-Soy nuevo en Suzuran. - Contestó el joven. Las sirenas de los coches de policía empezaron a sonar, cada vez con más fuerza.

- ¿Qué cojones es todo esto? - Susurré sin poder entender que estaba ocurriendo.

-Bienvenida a Suzuran. - Susurró Tokaji en voz baja. Más de una docena de coches patrulla se paró en el mismo patio del instituto. Un hombre mayor con una venda casera en la cabeza manchada de sangre y gafas de pasta negra salió del primer coche, seguido de una veintena de agentes uniformados.

- ¡¡¡Serizawa!!!- Gritó el policía mayor acercándose con una ligera cojera. Serizawa agachó la cabeza caminando hasta los policías. Se paró en la puerta trasera de uno de los coches, buscando con la mirada hasta clavarla en aquel chico. Apenas se miraron unos segundos. Una ligera sonrisa se dibujó en sus labios antes de entrar en el coche.

-Esto...Tokaji... - Dije viendo como los coches se marchaban.

- ¿Si? -

- ¿Y no hay alguna forma de estudiar a distancia o algo así? - Tokaji me miró esbozando una media sonrisa algo extraña en su serio semblante.

The crow girlWhere stories live. Discover now