1. As long as you love me [1ra Temporada Terminada] «versión 2020»

1.Libertad.

Día 1.

Limpiar mi habitación imponiendo un poco de orden en ella ya que realmente si algo se caía debajo de la cama, tenía que darlo por perdido para siempre, hacer ejercicio, comer, hacer mi tarea, comer, bañarme dormir. Creo que hasta estoy desgastando el piso de tantas veces siguiendo la misma rutina.

Moviendo lámparas, cambiando de sábanas, cambiando el orden de los mil y un peluches, limpiando la fotografía de mi madre, etc. No tenía nada más que hacer que estar encerrada en mi casa.

La puerta se abrió y Michael se reveló en la entrada. Mi papi.

- Llegaste temprano – observé que se había quitado la corbata.

- ¿Qué haces? – Michael me besó la frente. Él olía asquerosamente a alcohol. Algo me dice que fue a más que trabajar.

- ¿Qué más tengo que hacer?

-Ven, siéntate – me indicó palmeando mi cama, lo seguí y me senté con él -. Tú sabes que te quiero demasiado ¿sí? y haría cualquier cosa por ti, daría toda mi fortuna con tal de que tú estés bien, no me gusta verte triste.

Esa ya me la sé. Está ebrio, aquí viene la manipulación emocional.

Quería a mi papá, era todo lo que tenía, me cuidaba muy bien, aunque muy a su manera, de lejos parece el hombre con el que no te quieres topar en los pasillos del supermercado, tiene siempre una mirada seria, siempre los brazos cruzados sobre su pecho, se ríe muy de vez en cuando y bajo la influencia del alcohol, no le he conocido amigos de verdad, ni siquiera estaba segura si tenía amigos. Michael Williams tenía la reputación de ser estricto con todo, la seguridad, sus negocios en bienes raíces, que todo sea perfecto. Creo que hasta ya tengo mi pase a la universidad sin siquiera pasar por el filtro de selección.

Sí, Michael Williams será todo lo que se rumorea por ahí, pero jamás he dudado cuando dice que me quiere. Soy su única hija después de todo.

- ¿Cómo quieres que no me ponga triste si me la vivo en la casa? En serio. No recuerdo cuando fue la última vez que salí de casa, sola -. enfaticé.

Esto me recuerda a una ocasión en especial, estaba pasado de copas y de verdad lo hice enojar al punto que me pegó por primera vez.

Ese día, recuerdo haberme armado de valor y bajar las escaleras con un vestido blanco y de la falda de flores un poco más arriba de la rodilla, unos zapatos lisos color crema, una diadema en mi cabello castaño formado por ondas en las puntas, pendientes, anillos y pulseras a juego, maquillaje y mi bolsa color crema. Claro, no me durarían mucho tiempo puestas.

-Debe ser un chiste -. murmuró para sí mismo creyendo que no la escucharía - ¿Vas a alguna parte?

-Voy... a una fiesta con mis amigos - pedí queriendo parecer lo más sutil posible sin exaltarlo, a los ojos de Michael eso fue un «Iré a tener sexo con veinte negros, no me esperes despierto.»

- ¿Te mandas sola? - se rió, pero era una risa sarcástica -. Buena broma, ¿cómo piensas que una niña como tú va a andar así por la calle? ¿No ves que cualquier idiota puede ir y llevarte?

-Por favor papá. Nunca me dejas salir, estoy encerrada en mi habitación – supliqué.

«¿Suplicar?»

- Claro que no, estás loca. Así no sales a ningún lado.

-Si me cambio y me pongo unos jeans ¿puedo ir?

Eso colmó la paciencia de Michael, y en menos de un minuto. «Bien Eveleen, bien hecho, rompiste tu récord.»

- ¿Cómo quieres que te lo explique? - se levantó del sillón, inevitablemente me intimidó su postura frente a mí, creí que me iba a abofetear -. ¿Te lo separo por palabra? Tu. No. Vas. A. Salir. De. Aquí.