-Buen chico-Murmuró, dándole unas caricias de despedida mientras meneaba la colita alegre, con eso hecho, el omega comenzó a caminar directo a casa.

Era cierto. Las calles eran oscuras, estar fuera un sábado por la noche no era exactamente bonito...

Habían muchos borrachos por las calles.

En verdad, Yoongi se sentía tenso y desprotegido. Así que apresuró el paso lo más que pudo, solo quería llegar a casa y acurrucarse. Cenar un delicioso y rápido té con galletas antes de dormir.

-¡Min Yoongi! ¡¿Eres tú?!-Ese grito un poco cercano le hizo dar un salto en medio de la calle. El omega se giró a su costado con el lobo alerta, reconociendo esa voz. Jodida mierda.

Era ese alfa idiota de la universidad. El mismo que siempre intentaba acercarse de más.

-¿Qué sucede?-Yoongi, a pesar de que quiso hacerse el tonto, no pudo. El chico apareció al lado suyo en un santiamén.

-¿Ni siquiera un saludo?-Preguntó KyuSook con una sonrisa grande, plantándose en frente por completo.

El omega retrocedió unos pasos, sin atreverse a mirarlo al rostro. Lo sintió, su lobo tenso y soltando un lloriqueo lastimero ante la inseguridad que comenzó a correrle las venas-U-umh, y-yo traigo prisa. Debo volver a mi casa.

Demasiado cerca, demasiado cerca, demasiado cerca.

-Oh, ¿En serio?-Él río entre dientes, retomando los pasos que Yoongi retrocedió-¿No quieres que te acompañe a casa? Tal vez podemos charlar, me dejas pasar dentro y-

-N-no-El omega, al verlo extender los dedos hacia su brazo, se apartó bruscamente, trastrabillando sus pies antes de intentar retomar el camino, y rodearlo. Yoongi sentía mareos que le daban vuelta el mundo al pensar en esa asquerosa propuesta, su respiración comenzaba a ponerse algo pesada, y las nauseas eran inevitables-P-por favor, déjame. No quiero nada contigo.

-Yoongi, deja de fingir que no lo quieres-A ese punto, el pálido aceleró sus piernas trotando a casa prácticamente, oía a KyuSook detrás suyo, siguiéndolo sin dejar de soltar mierda vomitiva por la boca-¡Yoongi, estas rogando que pase, ya deja de jugar!

Las piernas le temblaban tanto que Yoongi no estaba seguro de si realmente podía mantener el ritmo, sus mejillas ya se encontraban empapadas y rojas pero no podía pensar en otra cosa que huir de la situación.

No le gustaba ese chico. No le gustaba cómo se dirigía a él. No le gustaba cómo pensaba y como intentaba forzarlo.

Para él solo era un juego. Para Yoongi, era aterrador.

Faltaba poco para llegar a los departamentos, faltaba muy poco. El omega se tropezaba casi con todos sus pasos inhalando agitadamente mientras veía con ojitos borrosos el complejo.

Allí iba a estar bien.

-¿No vas a decir nada, en serio?-Yoongi ahogó un fuerte grito en su garganta cuando sintió un fuerte tirón en las muñecas-Bonita casa, por cierto. Sería bueno conocerla mejor- Se encontraba tan débil que se estremeció como un muñequito de trapo indefenso, temblando erraticamente al percibir el dolor del agarre-Oye, ¿Cuál es la insistencia por ocultar tu aroma últimamente? ¿O es que acaso tu lobo ya murió?

En un último movimiento, él intentó inclinarse contra su cuello pálido y la piel se le puso de punta, solo entonces Yoongi fue capaz de salir de esa parálisis momentánea y reaccionar de sopetón.

-¡A-aléjate de m-mí!-con un empujón en el pecho, Yoongi lo apartó de golpe y sus tobillos se movieron por sí solos.

-¡¿Ni siquiera un beso de despedida?!- Ese grito lejano fue el cierre, el chico ya no lo siguió más, solo observando la espalda del omega que corría directo al complejo de departamentos con una sonrisa.

Kintsugi [JS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora