Por otro lado Kokushibo, Nakime y los pilares luego de un rato corriendo encontraron a Muzan. Nakime los teletransportó a todos a la Fortaleza Infinita inmediatamente ya que ahora que ella no estaba bajo su control, podría hacer con la Fortaleza lo que quisiera y Muzan no tendría escape.

El rey de los demonios se sorprendió al verlos a dos de sus Lunas más confiables junto a los pilares pero no tuvo tiempo de pensar más ya que todos empezaron a atacarlo.

Muzan: Quién lo diría... ustedes también me han traicionado, así que era esto lo que habían estado planeando. Muy bien despídanse de sus patéticas vidas.

Muzan seguía esquivando los ataques de los cazadores y Kokushibo pero estaba algo distraído, la sopresa al ver a sus Lunas luchando junto a los cazadores fue grande y se disponía a matar a ambos demonios pero le extrañó que por más que intentaba no pasaba nada. Sus células en ellos no le respondían y eso era muy raro.

Muzan: Qué es lo que han hecho?! Ya no puedo sentir mi presencia en ustedes!!

Nakime: No tenemos por qué decirte, solo recuerda esto... DESDE AHORA Y PARA SIEMPRE NOSOTROS SOMOS LIBRES Y NUNCA MÁS PODRÁS CONTROLARNOS, no te preocupes que no te queda mucho tiempo y muy pronto estarás pudriéndote en el infierno. De todo corazón espero no volver a verte y que sufras mucho.

Muzan estaba tan enojado que no notó cuando uno de los cazadores le inyectó algo, de la nada sintió su poder desvanecerse a un ritmo alarmante y eso lo puso en alerta máxima. No quería morir, no podía, se negaba completamente a ello. Pero parecía que en serio este iba a ser su final y no había marcha, con sus últimas fuerzas intentó matar a Nakime con sus propias manos pero solo pudo verla sonreír a causa de su desgracia antes de desaparecer. Ella se había ido, astutamente eligió huir mientras que él seguía encerrado con todos los cazadores que iban a por su cabeza y ni siquiera podía huir, estos eran los terrenos de Nakime en los que tiempo atrás se había sentido seguro e imponente ahora este lugar sería el lugar de su tumba. Este era su fin.

Akaza, Daki y Gyutaro habían estado consolando a Douma mientras le aseguraban que muy pronto todo estaría bien y que Nakime llegaría con las buenas noticias acerca de la derrota de Muzan. De repente Nakime apareció frente a ellos y les contó que a Muzan ya le habían inyectado el veneno y que su eficiencia fue mejor de lo esperado, y seguramente muy pronto nunca más se sabría de él.

Nakime iba cada cierto rato a ver como iba la pelea y les informaba al resto, Muzan estaba cada vez más débil y la victoria parecía asegurada hasta que finalmente él murió. Ella los llevó a todos, incluidos Daki, Douma, Akaza y Gyutaro a la sede de los cazadores.

Todos estaban felices, por fin lo habían logrado, el objetivo por el que los cazadores lucharon gran parte de sus vidas se había cumplido mientras que las Lunas por fin podrían vivir sin temor alguno por sus vida, por fin eran libres. Sin duda alguna uno de los más alegres fue Douma ya que el fue de los más heridos por Muzan y probablemente esto le dejaría un pequeño trauma que le sería difícil superar pero quizás con el tiempo aprendería a vivir con ello. Ese día todos celebraron como nunca, ya nada más importaba, este era el mejor momento para todos. Hicieron una gran fiestar para festejar este gran acontecimiento , todos reían algunos hasta lloraban de la emoción. Tanta era la alegría que nadie notó que Douma se había retirado a un lugar más apartado, él quería estar solo un momento.

Douma: *suspiro* Por fin todo acabó, somos libres de ese infierno...pero por qué aun me siento vacío...

Akaza: Te encuentras bien?

Douma: *sobresalto* Akaza?

Akaza: Wow, lamento haberte asustado es solo que...cuando no te vi me preocupe un poco.

Douma: Tu tranquilo, estoy bien. Solo... algo cansado supongo, aún me cuesta creer que...Muzan en serio este muerto.

Akaza: Pues acostúmbrate que esa es la verdad, nunca más volveremos a ver a esa escoria. Y el nunca más podrá lastimarte, nadie podrá lastimarte...yo me encargaré de protegerte para que nadie nunca vuelva a dañarte, cualquiera que se atreva a dañar a tan precioso ángel merece la muerte.

Douma se sonrojó un poco por las palabras dichas por el demonio pelirosa.

Douma: Q-qué cosas dices Akaza?

Akaza: Douma...he estado esperando el momento adecuado para decirte esto y creo que ya ha llegado. Douma...yo te amo.

Douma estaba sorprendido, no esperaba esto para nada pero algo en él le decía que aceptara.

Douma: Akaza...esto no me lo esperaba pero...me podrías dar algo de tiempo. Recién todo ha terminado, quisiera estar un tiempo a solas y pensar en muchas cosas pero de todas formas agradecería mucho tu compañía.

Akaza: No te preocupes, te esperaré el tiempo que sea necesario y no olvides que siempre estaré para ti pase lo que pase.

Douma: Gracias Akaza.

Douma se encontraba feliz, tenía tiempo para pensar en su respuesta aunque probablemente dentro de unos días lo aceptaría. Ahora por fin podía vivir tranquilo y sin muchas preocupaciones. Tal vez ahora podría encontrar el amor en Akaza, un amor puro que con el tiempo lo sanaría, ahora todo estaba bien.




Fin...




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Bueno eso ha sido todo espero que mi pequeña obra les haya gustado, lamento mucho todo lo que tarde en escribirla pero ya está hecho y deseo que la hayan disfrutado. Gracias a todos por haberla leído y les deseo lo mejor.

La AlianzaWhere stories live. Discover now