𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟎

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La tradicional cena de cumpleaños era un momento familiar que Shelby solía disfrutar demasiado, le gustaba observar a todos en la mesa mientras reían y se molestaban mutuamente, pero hoy era diferente, principalmente por el nuevo invitado, el chico con el que Belly se había estado viendo últimamente. Cameron.

Otra gran diferencia de los años anteriores era Conrad y los nervios que le producía esa penetrante mirada que no se había apartado de ella desde que el chico tomo el asiento frente al suyo. Aunque, existía la probabilidad de que sus nervios se debieran a los recuerdos de lo ocurrido en la habitación, esos recuerdos que se presentaban en su cabeza cada vez que lo veía.

Ni si quiera han tenido la oportunidad de hablar sobre eso, lo cual solo la dejaba más confundida, ¿Ese momento marcaba una reconciliación entre ambos?

No lo sabía.

Como si de valentía se tratase, inhalo una gran cantidad de aire y levanto la mirada de su plato, chocando su mirada con la de él, sintiendo esa maldita corriente eléctrica que siempre le recorría el cuerpo cuando observaba esos ojos azules que tanto le gustaban.

No bajes la vista, no lo dejes ganar.

Se dijo a sí misma tratando de motivarse, pero solo basto con un guiño y una sonrisa para que el color alcanzara sus mejillas.

Claramente él gano.

—Así que, Cam —Jeremiah hablo, salvándola de su incómoda situación —¿Te puedo llamar Cam Cameron?

—Si, claro. Está bien —Le contesto el chico con una enorme sonrisa.

—Genial —Murmuro el rubio en respuesta.

—Me alegra que hayas venido, Conozco a tu mamá del club—dijo Susannah amablemente —He escuchado mucho sobre ti.

—Muchas gracias por invitarme, mi madre le manda saludos —Cameron contesto, de nuevo con una sonrisa.

Shelby estaba al otro extremo de la mesa, a un lado de Taylor y aunque no le era fácil mirar al chico, solo con escuchar ese tono alegre notaba su entusiasmo al haber sido invitado, aunque también se debiera al hecho de poder pasar más tiempo junto a Belly.

—¿Alguna vez comiste Miyeok-guk? —dijo su madre mientras le servía un gran plato al invitado—Es una tradición coreana.

—Nunca lo había escuchado, pero se ve bastante bien —contesto el moreno recibiendo el plato con gusto —Gracias.

—Todos los años Bee y yo lo preparamos para los cumpleaños —la mencionada levanto la mirada de su comida, ofreciéndole una sonrisa al chico que se había estirado para verla desde el otro lado de la mesa.

𝗠𝗘𝗧𝗔𝗡𝗢𝗜𝗡𝗔 - CONRAD FISHEROpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz