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Han pasado unas horas desde que me quedé dormido en la arena, cuando despierto me encuentro rodeado de personas.

- ¿Has pasado aquí la noche muchacho? - Asiento, ¿dónde iba a pasar la noche sino? - ¿De donde vienes? - esa es una gran pregunta, ¿cómo le dices a un humano, un mundano, que provienes de más allá del cielo que creen tan bien conocer? ¿Cómo le dices a una anciana que eres un Ángel Caído que tiene que elegir su destino? - ¿Tienes dinero? - Niego con la cabeza. - Ven conmigo jovencito, te irá bien una ducha y un buen desayuno.

Sigo a la mujer mayor hasta un pequeño apartamento situado en una calle muy transitada, entramos en su interior y la anciana se dirige hacia lo que parece ser la cocina, un pequeño espacio donde tan solo se encuentra la nevera, unos fogones y un pequeño trozo de encimera. La mujer prepara unas tostadas y un baso de leche, lo tiende hacia donde me encuentro y asiente, haciéndome entender que puedo comenzar a comer. ¡Por fin algo de comida!

- ¿Como te llamas? - Termino lo que estoy masticando y miro en su dirección.

- Uriel, me llamo Uriel.

- Qué bonito nombre, ¿de dónde proviene?

- De los Arcángeles - Un pequeño escalofrío recorre mi cuerpo. - Es el nombre de uno de los siete de ellos, hace referencia al ángel de la luz, luz de las estrellas.

- ¿Eres un Ángel? - Oh, cielos ¿lo ha descubierto? La anciana niega con la cabeza. - Cómo vas a ser un ángel... ellos nunca bajan de dónde se encuentran, ellos nos protegen. - Asiento con la cabeza, que alivio....

Termino de comer y me dirijo al fregadero para lavar los utensilios que he utilizado para comer. La anciana me mira sorprendida, ¿a caso creía que no iba a hacerlo? Cuando termino, me acerco a la amable señora.

- Debería irme, gracias por la comida.

- ¿Dónde vas a ir?

- Encontraré un lugar donde asentarme, en la calle no se esta tan mal.

- ¿Tienes trabajo? Porque... si no lo tienes puedo pedirles a mis hijos que te den algo...- Justo cuando voy a reprochar, la anciana alza la mano haciendo que me calle. - Puedo rentar una habitación, ven , que te la enseño. - sigo a la mujer hacia la habitación - Esta fue la habitación de mi hijo mayor, ya no vive aquí así que puedes quedártela, el ahora vive con su familia, tiene a una mujer hermosa y unos hijos preciosos que son unos soles, enamoran nada más verlos. - La mujer se dirige a la ventana que se encuentra en la habitación y, de espaldas me pregunta. - ¿Y bien? ¿Qué dices?

Una ligera sonrisa cubre mi rostro - Esta bien, me quedo con la habitación, pero... déjeme buscar trabajo por mi cuenta. - La mujer asiente con la cabeza, dándose por satisfecha.

¿Serán así de amables todas las personas de por aquí? En mi mundo nadie nos prepara para la vida de más abajo, nadie nos muestra la realidad de lo que hay, de lo que te puedes encontrar si desafortunadamente, o por castigo terminas bajando. ¿Realmente las personas tienen un lado oculto? ¿Realmente todo es como parece o cómo se cuenta?

***

Cuando ya es más bien entrada la tarde me encuentro instalado al cien por cien en la pequeña habitación que la amable mujer me ha ofrecido. Decido salir al exterior y buscar trabajo en varios establecimientos, restaurantes, bares y tiendas que encuentro por mi paso. Rendido y frustrado, pateo todo lo que encuentro a mi alcance y voy a parar justo delante de un pequeño local con aspecto antiguo con un letrero más bien deteriorado llamado "Rixon's".

Entro a su interior y me quedo asombrado con lo que me encuentro. Un pequeño bar cuyas paredes están decoradas con colores oscuros y un silencio ensordecedor que me recuerda a mi hogar, sin duda, es el mejor sitio que he visto hasta ahora.

Me dirijo donde se encuentra la barra y pido que salga el encargado.

- Buenas tardes - Tiendo la mano al encargado y él me devuelve el gesto. - Mi nombre es Uriel, he llegado esta mañana a la ciudad y necesitaría trabajo con urgencia.

- ¿Trabajo? ¿Dónde están tus padres?

- Lamentablemente no se encuentran conmigo, he venido... ya sabe, a empezar de cero. ¿Es eso un problema?

- Para nada, ¿qué edad tienes jovencito? - Tendría que haberlo pensado antes, ¿qué edad tengo en el mundo humano? de repente, recuerdo algo, en la escuela, cuando era pequeño mee enseñaron a calcularlo, tan solo tengo que dividir mi edad de Ángel por mi año de nacimiento para saber mi edad mundana. - Diez y siete, tengo diez y siete años, señor.

- Muy bien, mmm.... - el hombre mira a todo su alrededor. - Necesitamos un camarero, ¿que te parece la oferta?

- Me parece estupenda, ¿Cuándo empiezo?

- Mañana por la mañana reúnete conmigo aquí y hablaremos del contrato, sueldo y horario. - Asiento con la cabeza, he conseguido un trabajo y un sitio donde vivir, esto es... ¡asombroso! ¿Cómo es que nadie me había dicho que era tan fácil? Ahora solo me queda una cosa y... es la que más me aterra en estos momentos.

Ángeles Caídos (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora