𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

Start from the beginning
                                    


El marqués Allen, estaba en su tienda de campaña, meditando las cosas que estaban ocurriendo. Ciertamente no podía creer la suerte que se cargaba el bastardo que robaba el puesto de su nieto, pero incluso así, estaba furioso las acciones del viejo emperador. 

Furioso, golpea la mesa que esta frente de él. Tenía que pensar que hacer, y no ayudaba que algunos guardias no despegaban sus ojos de él, claramente era uno de los sospechosos que había, tenía que hacer algo cuanto antes, cuando decidió ir a visitar a los condes de Kelly. Saliendo de su carpa, se apresura a ir a verlos, escucha las voces de varias personas a su alrededor, burlándose de los asesinos que no habían podido ir contra el príncipe Callisto, susurrando en voz baja como el emperador si se preocupaba por el heredero y eso hace que apriete sus puños.

Llegando a la de los Kellyn, escucha los fuertes gritos de la chiquilla.

—¡Por favor, despierta!— gritaba de manera alarmante

—Jeje. En el bosque. Entonces vi a la diosa de la caza, jeje— dijo una voz, sabía que era el prometido de la muchacha 

—¡Hermano!
—Gloria, cariño cálmate— pidió su hermano a ella

—¡¿Eso es lo que piensas hermano?! ¡No puedo mostrar mi cara por ahí porque me da vergüenza! ¡Y todo por culpa de esa maldita mocosa Obeliana!— exclamó furiosa, haciendo una pataleta como una niña de cinco años 

—Gloria, cariño...

—¡Es tu culpa! ¡Lo único que tenías que hacer era apartarla y profanarla¡ ¡Nadie extrañara a esa maldita perra! ¡La odio!— sus gritos de odio hacía temblara a los guardias de su propia casa 

El hermano de Gloria Kellyn, la escucha. Su hermana grita como una mujer loca y vulgar, lo único bueno que tenía la niña; era su cuerpo.

—Niños— dijo el marqués, ya harto de los lloriqueos de la niña de cabellos azules 

—Marqués— saludo el hermano de Gloria

—¿Cómo se encuentra la condición del barón?— interrogó el mayor, mirando con asco al hombre que babeaba sobre la almohada 

—Se dice que es algo llamado efecto secundario mágico, como dijo mi hermana, fue gracias a un arco y unas flechas modificadas mágicamente— dijo Anthony Kellyn —Ahora su función cerebral se ha visto afectada, puede incluso tener el retroceso de un niño de cinco años

—Jeje. Diosa. Jeje— río el barón 

Gloria comenzó a gritar de manera chillona, furiosa de que Penélope fuera claramente el centro de atención de su prometido.

—¡Señor! ¡Señor!— exclamó un guardia ingresando a la carpa —Tenemos problemas, ¡Una escolta imperial viene hacia acá!

La tensión que sienten todos provoca que el marqués Allen se acerque lo más rápido hacía una posible salida. 

—¡H-Hermano!— exclamó Gloria, mientras trataba de cubrir con su cuerpo, el de su hermanastro —¿Qué pasa?

Antes de tan siquiera poder decir algo más, un escuadrón ingreso a donde estaban ellos, y ninguno de esos caballeros, eran conocidos por el marqués.

—¿Wilfredo Kellyn?— interrogó uno de los guardias, a ese si lo reconoció el marqués como el capitán del primer escuadrón al mando de Callisto, el señor Evans. —Queda arrestado por el intento de asesinato hacía el príncipe heredero Callisto Regulus y la princesa Penélope Eckhart 

—¡¿Qué?! ¡¿Qué estupidez están diciendo?!— grito Gloria, mientras trataba de evitar, inútilmente que no se llevaran a su hermano  —¡No pueden hacer eso!

𝐓𝐨𝐦𝐚 𝐌𝐢 𝐌𝐚𝐧𝐨 «𝐏𝐞𝐧𝐞𝐥𝐨𝐩𝐞 𝐄𝐜𝐤𝐡𝐚𝐫𝐭»Where stories live. Discover now