-¿Lista?-preguntó Chae, para estar segura, y Mina asintió con una sonrisa, su rostro estaba rojo, combinando perfectamente con las marcas en su cuello.

Chae  volvió a acariciar su intimidad por sobre la tela de sus bragas, escuchando sus gemidos, luego de un momento donde le permitió acomodarse a esa sensación, descendió con su boca hacia el interior de sus muslos, besándolos mientras se acercaba a su centro.

-Ch-Chae...- la pelinegra  gimió su nombre con necesidad.-Por favor...

-¿Estás apurada cielo?

Mina masculló un "Ajá" que se mezcló con sus jadeos. Decidida a avanzar de una vez, Chae bajó las bragas de la mayor, dejando a la vista su sexo ya húmedo por la excitación.

Acordando su trato, se quitó sus propias bragas, ahora ambas desnudas en el calor del cuarto. Chae volvió a acercarse a ella, pasó su lengua por toda su intimidad, escuchando a Mina  soltar un gemido más pesado que los anteriores.

-¿Lista? -Chae alcanzó su mano y entrelazó sus dedos-. Si te sientes mal sólo dime, ya sabes.

-Lo sé- asintió.- Continúa, por favor... Te necesito.

La rubia sonrió por aquel tono de voz, tan sensible y desesperado, sin un momento de duda, acercó sus labios  hacia el centro de la mayor, pasando su lengua por toda su intimidad y luego rodeando el clitoris de la misma con calidez. Comenzó a succionar y pasar su lengua de manera  constante, perdiéndose en los gemidos cada vez más erráticos de su novia y en el apretón que mantenía en sus manos unidas.

Aceleró el movimiento, succionó con más fuerza, escuchando a la pelinegra gemir.

-Ch-Chaeng... E-estoy cerca- murmuró entre gemidos desordenados, apretando la mano con fuerza.

Chaeyoung se incorporó un poco, tomando algo de aire, antes de volver a su intimidad.

Introdujo su lengua de golpe, haciendo que Mina  gimiera más alto por la sensación, repitió aquello unas cuantas veces, hasta que sintió como las paredes se iba apretando con fuerza, Mina estaba llegando a su deseado orgasmo, deteniéndose al ver como el cuerpo de la mayor comenzaba a moverse gracias al mismo, se hacerco para poder probar los fluidos que tanto estuvo esperando, mientras esta acababa entre gemidos cada vez más suaves.

Se apartó en cuanto terminó, para recuperar el aire, sonrió, conforme y orgullosa de que su linda novia hubiera permanecido con ella.

-¿Sigues ahi, Mina?

-Estuvo genial- dijo, entre suspiros, sonreía ampliamente.

-Estoy tan orgullosa de ti- dijo y dejó un beso sobre la mejilla de la pelinegra, sus brillantes ojitos, tan redondos y expresivos le llenaban el alma de alegría.

-Ahora... Seguimos, ¿No?- preguntó, más que bien.

-¿Qué quieres hacer?-las manos de Chae fueron a acariciar el abdomen de su pareja, dejando mimos.

-Yo... Quiero sentirte- dijo en voz baja, su sonrisa era tan inocente que contrastaba mucho con sus palabras

- Esta bien, Tendras todo lo que quieras —dijo, dejando un corto beso en sus labios.

Se acomodó entre sus piernas, haciendo que las flexionara para tener acceso a su entrada. Mina se quedó viendo el escultural cuerpo de la rubia, su abdomen, su trasero y sus pechos redondos.

Se mordió su labio inferior con fuerza, imaginándose como sería tenerlos dentro de su boca, escondió el gemido en su garganta.

-¿Teniendo pensamientos impuros, Minnie?-preguntó Chae, aún entre sus piernas.

-Lo que estamos haciendo es mas que impuro, qué importan mis pensamientos-dijo Mina y rodó sus ojitos de forma tierna.

-Siempre tienes razón -dejo un corto beso en sus labios, luego volvió a besarla, era un beso lento, unos segundos después se separo y la miró para preguntar si estaba lista, la pelinegra asintió con seguridad.

Chae llevó sus dedos a la entrada de mina comenzando a
frotar lentamente, con su otra mano comenzó a masajear uno de los pechos.

Introdujo el primer dedo, que se deslizó con facilidad, y provocó un gemido algo molesto, lo movió en pequeños círculos, luego en penetraciones, así continúo hasta que no sintió más dolor, hasta que se acostumbro a la sensación. Continúo con un segundo dedo.

-Agh...M-Más- gimió.

Chae estaba siendo suave y cuidadosa con ella, no quería lastimarla, ni causar que cambiara con Sharon por tocar algún punto sensible.

Continúo con un tercer dedo, está vez fue más brusca y lo metió de golpe, Mina arqueó su espalda de placer, soltando un gemido agudo mientras cerraba sus ojos con fuerza.

Continúo penetrándola con sus dedos, después de un rato los saco, consiguiendo una queja por parte de la mayor, se acomodó entre sus piernas y comenzó a mover sus caderas en ligeros círculos, haciendo que sus mojadas intimidades se frotaran, mientras Mina  se aferraba a las sábanas y gemía por tanto placer.

Se fijó en sus expresiones faciales, asegurándose que no sintiera dolor, viendo que no se sintiera mal, Mina era lo más importante.

Comenzó a moverse más rápido, comenzando a dar pequeñas embestidas porvocando aun mas humedad entre ambas.

Siguieron más y más, mientras la pelinegra se deshacía en gemidos desenfrenados, y su espalda se arqueaba a la vez que levantaba levemente la pelvis, el sonido que sus cuerpos hacían al chocar le encantaba, y los gemidos bajos que la rubia soltaba combinaban tan perfectamente con los suyos.

Chae tomó sus piernas y las llevó sobre sus caderas, Mina la rodeó con estas, y la menor fue más rápido con sus embestidas.

Las manos de Chae se acomodaron a los lados de la cabeza de Mina, teniendo a la mayor frente a ella, la atrajo hacia sí, uniendo sus labios de forma bruta u desesperada mientras continuaban con sus movimientos.

- Mina... y-ya casi -habló como pudo, la pelinegra asintió.

Aceleró el movimiento de sus caderas todo lo que pudo, fueron un par de segundos más y Mina terminó primero, Chae apenas un poco después.

Se recostó sobre el pecho de la mayor escuchando los acelerados latidos, sonrió completamente enamorada de aquel palpitar, de la calidez de aquel hermoso cuerpo, de aquella persona que brillaba tanto en su corazón.

Recuperaron el aire a grandes suspiros.

-Chaeng-llamó Mina, haciendo que volteara hacia ella y se acercará a su rostro, la pelinegra le sonrió embobada, en sus ojitos brillaban pequeñas lágrimas y en sus rojas mejillas se encontraba un ligero brillo que la habia ver aun mas linda.

-Minnie, se que tal vez es muy  pronto... pero creo que, te amo

Mina aun sonrojada sonrió mas que feliz

-Yo tambien te amo, Chaeng.- dijo y se acerco a sus labios para dejar un beso con bastante suavidad, mas por la falta de aire que por otra cosa, siendo correspondida con gusto

michaeng - Alters Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz