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No quiere quererte en esa manera, quiere amarte con su más profundo ser; no quiere mostrarte su oscuridad, quiere inventar su belleza.

Releo un par de veces la crítica que acabo de escribir, satisfecha por el trabajo, dejo el borrador sobre el escritorio para colocarme de pie y organizar el pequeño desastre que he logrado con la intensión de recopilar algunas fotografías de la noche anterior. Así que cuando lo logro, agarro la mejor del montón y la junto al borrador con un clip, solo falta entregárselo a B, por lo que me calzo y salgo de mi oficina para cruzar el pasillo y empujar la puerta de mi compañera.

-April, lo lamento tanto por lo que sucedió anoche –ella salta de su silla para correr a mi presencia y sujetarme con fuerza, así que recuerdo el incómodo momento.

-Está bien, no importa la verdad –la tomo de los brazos arrugando mi hoja y ella me mira con lastima.

B resulta ser lo más cercano a una amiga, aunque prefiero llamarla compañera, he tenido la terrible visión de que entre más confianza le das a una persona, menos obstáculos le brindas para herirte. Pero entre el léxico de los demás, B es mi amiga, resulta siendo la única que sabe algo más que mi apellido.

-Eres veloz –sus ojos atrapan mi crítica y sus manos la toman en cuestión de segundos, suele divertirse pronosticado que dirán de mi por lo que ahora digo.

-Gracias –susurro y camino hacia el espejo en la pared que había incorporado en su oficina.

-Ya que dices que está bien lo que te hice pasar anoche, ¿Has visto lo que han dicho?

-No –bajo mi falda y pellizco mis mejillas para luego mover mi cabello negro y sonreírme –sabes que primero escribo y luego leo, así funciona, ¿estoy dentro o fuera?

Le sonrío caminando hacia su silla para poder ver la pantalla y estar en la misma página que ella.

-No hablo del desfile, tonta, hablo de ti –arqueo mis cejas y miro la pantalla.

Allí estaba con B riendo en el fondo de la fotografía y con mi mejilla debajo de los labios de Theodoro, como si no tuvieran suficiente con hacerme pasar la vergüenza de mi vida con mis conocidos, el título marcaba algo más comprometedor de lo que en verdad era.

THEOPRIL

B se ríe realmente fuerte de mi terrible expresión, arrugo la nariz y continúo viendo el artículo, más abajo la imagen se enfocaba en la mano de Theodoro en mi cintura y le han puesto un montón de corazones alrededor, era tan desagradable.

-Me debes toda tu vida, B –frunzo el ceño encontrando su mirada, pero ella no lo toma tan en serio, lo que me hace darme cuenta que enfurecerme por esa tontería haría ver que le doy más importancia de la que en verdad merece, así que hablando mi expresión –nos vemos luego.

Beso su mejilla y ella me sonríe mientras vuelve a teclear en su pantalla.

Soñar siempre era tarea fácil cuando me proponía salir al balcón, ver todas las personas pequeñas a mis pies yendo y viniendo, una y otra vez, todo a costa de alguien más o simplemente por el hecho de querer distraerse, pero lo dudo, ahora en día el distraerse es más como una recompensa, que algo por lo que tengas tiempo de hacer.

Alguna vez dije que iba a tener tiempo para hacer semejante cosa, todos me decían que así sería pero su ironía brotaba por sus ojos. Pensaron que el mundo se me había venido al suelo cuando les di la noticia, sin embargo, no hicieron esfuerzo alguno por ayudar a construirlo, así que me levante por mi cuenta para mostrarles que sus límites no iban a ser suficientes para mí.

PsychoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora