━ 𝑆𝑜𝑚𝑒𝑡𝒉𝑖𝑛𝑔 𝑈𝑛𝒉𝑜𝑙𝑦 ✧ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔

015

Minho se había despertado ya hace una hora, pensó en llevar a Jisung a desayunar por ahí, antes de que empiece su turno en la cafetería, pero cuando lo vió dormir, simplemente cayó ante tanta belleza.

Estaba tan acostumbrado a ver un rostro lleno de  maquillaje, que no podia creer lo precioso que era Jisung, sin una gota de él.

—Quita tus ojos Lee, me vas a hacer un agujero en el rostro.

El nombrado se sorprendió de escuchar la voz ronca. Su mente no asoció que Jisung estuviese despierto y que lo atrapara hasta dormido, pero terminó sonriendo y justificando su acción.

—No es mi culpa que seas tan bonito.

Las mejillas del menor se colocaron rojas enseguida y solo le quedó esconderse en el pecho del mayor.

—Estoy todo dormido y sin maquillaje, ¿eso es bonito? —preguntó inconscientemente.

—Lo eres todos los sentidos. ¿Quién te hizo creer lo contrario?

Jisung abrió sus ojos, preocupado por la respuesta que le daria. Fingió pensarlo y salió de la cama para comenzar a vestirse. Minho, quien lo miraba con un semblante confundido, no sabía cómo actuar, puesto que nunca había luchado con inseguridades antes de conocerlo, ni las de él, ni las de otra persona.

—Ji, ¿quién te hizo tanto daño?

Al escuchar eso y en cómo el tono de voz de Minho pasó de ser coqueto, a uno que transmitia paz, provocándole la necesidad de correr a sus brazos, porque sabia que allí iba a estar bien.

Que no habría palabras dolorosas, de esas que se te clavan en el alma para nunca irse, para recordarlos hasta el final. Tampoco habria gritos y sobre todo, golpes.

Sería un lugar seguro.

—Nadie —respondió.

No quería recordar esos tres años en los que estuvo en pareja con un chico un poco más grande que él. En todos los aspectos posibles. Hasta su mano media más que su cuello, suponia que por eso le encantaba ahorcarlo, y no en los terminos del sexo y del placer.

Pero Minho no era así, estaba seguro.

—¿Nadie...? Está bien, supongo que no tenemos esa confianza aún... Solo quiero que sepas que eres bonito. Demasiado, si quieres puedo decirtelo cuando quieras...

Lee se levantó de la cama y caminó hacia Jisung, quien estaba con su rostro escondido entre sus manos, tratando de contener todo su llanto.

—No llores, por favor, no era mi intención —lo abrazó por la cintura y le dejó un suave beso en su hombro.

—L-Lo sé... Es que... N-no estoy acostumbrado a q-que me digan esas co-cosas, solo es eso.

Minho logró voltearlo. Llevó sus manos lentamente hasta las de Jisung, para poder ver su rostro, pero él también se entristeció un poco cuando vio aquellos preciosos ojos con lágrimas.

—Lo siento, no quiero llorar frente tuyo... No quiero parecer débil.

Lee sonrió y negó con su cabeza. Le dejó otro beso en una de sus mejillas y luego lo abrazó, sintiendo y, sobre todo, escuchando como Jisung rompia en llanto.

—Llorar no es de débiles, solo demuestra cuanto hemos luchado. O al menos eso me dijeron —y con aquello, una sonrisa se escapó de los labios del menor—. Llora, desahógate todo lo que quieras... Si bien no soy psicólogo, puedo recomendarte uno.

Han se acomodó sobre el hombro ajeno, abrazar a Minho de esa forma, era realmente cómodo.

—Me gustaría, pero no puedo pagarlo.