—¿Vendréis mañana a la fiesta que hago en mi casa?—preguntó Mateo

—Por supuesto—dijeron todos y se me quedaron viendo

—Dejaré a mi hermana con mi mejor amiga

No me hacía mucha gracia ir a su fiesta porque iba a tener que ver a su novia y lo que más intentaba hacer era ignorarla. Gabriel y yo nos acabamos despidiendo de ellos y nos dirigimos caminando hacia su casa.

—¿Gabriel te pasa algo con el novio de tu hermana?

—No, pero estos días ha estado un poco raro y creo que oculta algo

—Tío no te ralles, seguro que no es nada de lo que debas preocuparte

Cuando llegamos a su casa estuvimos un rato en la piscina hasta que llegaron las chicas. Y me sorprendí al ver a Nicole. Hacía bastante tiempo que no la veía y había cambiado un poco.

—¿Pero quién tenemos aquí?—dijo Gabriel abrazando a Nicole

Nicole es la mejor amiga de Daniela desde que son pequeñas. Ellas han sido como hermanas, al igual que yo y Gabriel. Desde entonces van a todos lados juntas, pero cómo estos días había estado de viaje y no la habíamos visto, ni coincidimos con ella, pues me sorprendí al verla de nuevo.

—Me has echado de menos ¿eh?—le guiñó el ojo y le dio un pequeño empujón

—Yo no—respondí y desvío la mirada hacia mí

—Thiago, te daba por perdido si seguías viniendo a esta casa—vino corriendo hacia mí y la envolví en mis brazos

—No tenías que preocuparte, una niña creída no es capaz de patearme el culo—le dije en voz baja para que Daniela no me escuchara

Después nos separamos y la insoportable de Daniela empezó a hablar. Dios santo, es que no soportaba tener que mirarla, ni escuchar su voz. Era como una mosca que no paraba de rondar por mi cabeza. Pero era culpa mía porque estaba en su casa.

—Bueno basta de abrazos no veníamos a haceros compañía—dijo Daniela bruscamente, mirándome con desagrado

—Que amabilidad—le solté

—Es mi especialidad—me contestó

—¿Dónde está mi hermana?—le pregunté

—Thiago, mira mi nuevo peinado—me dijo emocionada y vino corriendo a donde estaba yo

La cogí en brazos y observé el peinado que llevaba, después desvié la mirada a Daniela y la maté en un instante.

—¿Daniela, qué le has hecho en la cabeza?

—Tranquilo que solo son unas trenzas con extensiones de color

—¿Te gusta, princesa?

—Si mucho

Dejé a mi hermana en el suelo y ella fue corriendo a Daniela, le dio un beso en la mejilla y un abrazo. Seguidamente yo hice una mueca de desagrado y me giré hacia Nicole para hablar con ella.

—¿Qué tal, Nicole? ¿Cómo has estado?

—Muy bien. He estado por Francia durante un tiempo

Estuve hablando un rato con ella y cuando me iba a alejar de la piscina noté una mano en la espalda empujándome para hacerme caer en la piscina, pero antes de caer rodeé mi mano en su muñeca y tiré de ella. Entonces caímos los dos al agua.

—Daniela, no aprendes. Y te hacías llamar lista—solté una risa irónica

—Imbécil

—Veo que vosotros no habéis cambiado—insinuó Nicole riendo

—Hay cosas que nunca cambian ¿verdad rubia?

—Es verdad. Tú nunca dejas de ser un pesado

—¿Tenía que reírme?

—Ugh, no sé cómo Grace te soporta

Me acerqué al bordillo de la piscina y cuando salí me sequé con la toalla. Me giré hacía Nicole y la vi riéndose, entonces desvié la mirada hacia su amiga y la vi embobada mirándome.

—¿Perdona, quieres una foto o un retrato?

—Gilipollas

Me empecé a reír y me lanzó agua enfadada, pero no me dio mucho porque conseguí esquivarla.

—No te estaba viendo a ti

—Seguro

—¡Thiago, te odio!

—¡Yo también, Daniela!

Me alejé de la piscina y me senté en el bordillo de la entrada. Mi hermana estaba jugando al escondite con Gabriel y Grace. Y bueno Daniela estaba en la piscina empapada hasta que salió y se secó con una toalla.

Un rato más tarde, me llamaron y desvié mi mirada al teléfono donde me salía la llamada de mi padre. Sin mucha emoción respondí y entonces me informó de que este mes no me podrían enviar dinero. Esto era impresionante, solo me llamaron para eso y por una cosa que tenían que hacer por nosotros ahora no podían enviarme ese dinero.

Igualmente, no me preocupé mucho porque para conseguir dinero estaba yo, ya que ellos no habían hecho una mierda por nosotros. Y si puede que me hayan cuidado a mí durante 18 años, pero eso qué más daba si al final me abandonaron de un día a la mañana. Se creyeron una historia falsa. Y para colmo, les dio igual Mar porque me dejaron cuidando de una niña de 2 años sin saber si podía hacerlo. 

Corazones en llamas ©Where stories live. Discover now