Mis padres desaparecieron hace mucho tiempo. Antes de vez en cuando estaban de viaje y volvían una vez al mes para vernos, pero después de la mentira que se creyeron hace unos años, nos abandonaron para siempre y desde entonces no les hemos vuelto a ver y eso ha sido lo mejor.

—¿Eh, Thiago por qué no te quedas a cenar y después jugamos un rato a los videojuegos?

—Tengo que cuidar de mi hermana pequeña, la dejé con Grace

—Pues que se venga Grace con tu hermana a cenar

—¿Seguro?

—Si, no te preocupes

Cuando llegué a mi casa Grace estaba con mi hermana viendo una película. Me acerqué a ellas y cuando Mar notó mi presencia enseguida vino corriendo a mis brazos. La relación que tenía con mi hermana era como si fuera la de una hija y un padre. Ella era lo que más me importaba en este universo.

—Hola princesa—saludé a mi hermana y corrió hacia mí

—¡Thiago!—la cogí en brazos

—¿Cómo te lo pasaste con Grace?

—Muy bien

—Gracias por quedarte con ella—le dije a mi mejor amiga

—Sabes que siempre estoy dispuesta para cuidar de ella

Me senté con ella un rato y le acaricié el pelo a mi hermana mientras Grace me contaban cómo iban las cosas en su casa. Trató de convencerme de que todo iba bien, pero sabía que no era cierto. No quise forzar el tema y lo dejé.

Un rato más tarde, subí a mi habitación a ducharme y después bajé al salón para avisarles de que hoy cenaremos todos juntos en casa de los Miller.

—¿Estáis listas?—les pregunté

—¿Para qué?—me preguntó Grace

—Para ir a cenar a casa de Gabriel

—¿Estará Daniela?—me preguntó mi hermana

—Seguramente

—¡Bien!

Otro pequeño problema que se me había pasado por alto. Mi hermana estaba muy encariñada con Daniela. Y eso no me gustaba para nada. Por esa razón, a veces me tenía que fastidiar e ir a casa de mi amigo cuando estaba Daniela para que Mar se quedará un rato con ella.

Unos minutos más tarde salimos de mi casa y conduje hasta casa de Gabriel. Después nos bajamos del coche y entramos a la casa. Por suerte no había rastro de Daniela.

—Hola Mar—le saludó mi amigo a mi hermana

—Hola Gabriel—le abrazó

Mi hermana se quedó con mi mejor amigo y yo me quedé al lado de Grace. La llevé a un rincón de la sala porque no podía seguir con está angustia y ella necesitaba desahogarse. Lo sabía a la perfección y cómo buen amigo que era, haría todo lo posible para que se sintiera mejor.

—¿Qué te pasa?—le pregunté a mi amiga

—Thiago tengo demasiados problemas y no sé cómo lidiar con todo

—¿Qué te pasó con tus padres?

—Les confesé que quiero seguir escribiendo y me dijeron que así no me ganaría la vida, que no era un trabajo decente

Hace un tiempo que me había contado eso y me enfadé con sus padres. Grace no se merecía su rechazo. La abracé y apoyó su cabeza en mi hombro. Acaricié su cabello café y después desvié la mirada a sus ojos azules que estaban llenos de lágrimas.

Corazones en llamas ©Where stories live. Discover now