Capítulo 1

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Entro por la puerta principal después de un largo día de trabajo. Riley está esperándome en la entrada con ojos medio dormidos, lamiéndose su pequeña zarpa antes de levantar una mirada curiosa hacia mi. Le acaricio con cariño la cabeza, y automáticamente empieza a ronronear.

-Yo también te he echado de menos, pequeño - murmuro, antes de dejar un beso sobre la cabeza de mi ronroneante compañero de piso y levantarme para darme una buena ducha.

Ha sido un día bastante peculiar, pienso mientras el agua se resbala por mi piel, relajando mis tensos músculos. 

Sin duda, un cumpleaños inolvidable. Primero me encuentro con Emma, lo cual me ha dejado tan flipada que no he necesitado café durante el resto de la mañana; después, he asistido en urgencias a un hombre obeso con una botella de vidrio introducida por el culo. Habría sido fácil de extraer si la botella no estuviera abierta, haciendo efecto vacío en su ano. Sí, toda una experiencia. Y para acabar el día Amanda, Kate, Summer y Stephanie me han llevado a rastras a un club de strippers, donde mi día ha finalizado con un precioso culo haciéndome un lapdance al ritmo de una canción sensual.

Sacudo la cabeza con una sonrisa mientras siento el vapor adherirse a las paredes de la ducha. Es enero en Nueva York, lo que significa que hace bastante frío, y no hay nada mejor que agua caliente quitándome el estrés.

Una vez seca y en mi pijama, cruzo el pequeño apartamento hasta la cocina para comer cualquier cosa rápida de preparar. La vida que llevo desde que trabajo en el hospital no me deja tiempo para cocinar, así que me he acostumbrado a comer basura, a modo de supervivencia.

Me siento en la mesa mientras se calienta la cena, y me viene a la cabeza mi encuentro con Emma esta mañana. Una media sonrisa aparece en mis labios sin que me de cuenta, es increíble que nos hayamos encontrado aquí, en la otra parte del mundo.

Tenía el pelo más largo, de su rubio natural dando luz a sus facciones. Sin duda estaba preciosa, pero su cara mostraba cansancio. Y su hombro...

Estará bien, ¿no?

Frunzo el ceño y el pitido del microondas me saca del hilo de mis pensamientos. Lo que está claro es que no quiero dejar pasar nuestro encuentro como si nada, tengo ganas de saber qué ha sido de su vida estos últimos años. 

Con la cabeza llena de nuevos planes y el estómago lleno, me meto entre las sábanas de la gran cama que hay en mi habitación junto a un Riley ya dormido. Me duermo profundamente en unos segundos, pensando en el día que he pasado y los días que aún están por venir.

Los días para mí pasan de una forma diferente a los días de las personas con trabajos normales. Soy interna de un programa de cirugía así que mis días son largos y pesados, pero disfruto cada momento de ello. El simple pensamiento de poder llegar a ser cirujana aquí, en Estados Unidos, me emociona. Llego un viernes a las cinco de la madrugada para las rondas de primera hora, el invierno en Nueva York calando su frío hondo. Chai Latte caliente en mano, entro en los vestuarios para ponerme el uniforme del hospital y me encuentro a Amanda sentada, recogiéndose el pelo mientras suelta un bostezo.

-Dime que eso es café, por Dios - Dice con un tono dramático, poniendo ojos de perrito perdido.

-Es Chai Latte, tiene teína... aunque no creo que tu paladar pueda apreciar la grandeza de ello - Digo, con una sonrisa prepotente, sabiendo la reacción que voy a recibir de mi mejor amiga.

-La señora soy-demasiado-hipster-para-el-café se ha levantado con sentido del humor. - Pone los ojos en blanco, y yo le doy un suave empujón en el brazo antes de darle un sorbo a mi Chai.

Pasamos un rato en silencio mientras nos cambiamos y las voces de nuestros compañeros llenan perezosamente el vestuario. Siento unos brazos rodear mi cuello por detrás, y Summer deposita un beso en mi mejilla.

-Buenos días - Me dice, muy animada en su perfecto inglés nativo. La pelirroja me dedica una sonrisa cálida con los ojos medio dormidos, y me hace sonreír su buen humor matutino. 

-¿Chai Latte? - Le ofrezco mi bebida y ella me mira burlonamente.

-Hipster - Murmura, antes de coger mi vaso de un estirón y darle un sorbo a mi delicioso té. 

-Lo que yo decía - Interviene Amanda, y las dos intercambian una mirada cómplice que me hace poner los ojos en blanco.

-Hoy no estoy preparada para vosotras dos.

-Es verdad, su amor de la adolescencia viene a que le quiten los puntos hoy. - Dice Amanda, provocando. Pero no puedo responderle sarcásticamente, porque se me había olvidado por completo que Emma volvía hoy. Parece que se me ve en los ojos, porque ambas empiezan a reír a carcajadas.

-Hoy no me toca urgencias, mierda. - Digo para mí misma, y en ese momento entra Stephanie.

-Te puedo intercambiar, hoy me toca urgencias a mí y no me apetece nada. 

¿Qué tienes tú?

-Post-operatorios. - Ella asiente con entusiasmo, después de hacer el mejor trato de su vida - Guay, gracias.

El residente encargado nos llama y la mañana empieza su ritmo. Urgencias está casi vacía, lo que hace más difícil mantener los ojos abiertos. Un poco más tarde empiezan a venir más pacientes, y consigo mantenerme ocupada durante gran parte de la mañana. 

A más de media mañana veo a una familiar figura desde la otra punta de la sala de urgencias. Está de espaldas a mí, con unos jeans que le vienen perfectamente ajustados, y una chaqueta oscura arriba que hace resaltar su pelo.


-Se está convirtiendo en costumbre verte por aquí. Me alegraría, pero... estamos en un hospital y sería grosero alegrarme de tu facilidad de romperte el labio.

The way I'm feeling again (Parte 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora