Blue Lock - One shots

Niko Ikki

-¡IKKI! - grité acercándome a él - ¡Terminé! ¡Soy libre! -.

El futbolista me devolvió una mirada confundida, mientras veía como me acercaba corriendo hacia él.

- ¿Qué? ¿Libre? - se quedó unos segundos reflexionando, hasta que entendió a qué me refería - ¿Las clases de refuerzo? -.

- Sí, al fin he terminado y menos mal. No creo que hubiera podido soportar una clase más con esa bruja -.

- En verdad la profesora no es mala, lo que pasa es que eres nefasta en matemáticas - te contestó. Íbamos caminando a la par hacia la puerta de la preparatoria, camino de nuestras casas.

Conocí a Ikki el año pasado. Nos sentábamos juntos en clase y poco a poco conseguí que se abriera a mí. Es muy tímido y se pasaba los recesos solo, en su pupitre, leyendo algún manga o revista deportiva. El caso es que picó mi curiosidad y empecé a hacerle compañía. Teníamos bastantes gustos en común, y al final entablamos una bonita amistad. Desde entonces quedamos tanto como para ver anime como para jugar a algún juego (solía ser lo primero, ya que tengo mal perder).

- No exageres, no se me da tan mal -.

- Te pasas más de la mitad de las clases durmiendo, no haces la tarea y cuando la traes suele estar mal-.

- ... - me mantuve en silencio no pudiendo negar sus afirmaciones, así que opté por cambiar de tema - ¿Tienes algún partido pronto? -.

- Sí, mañana competimos contra el Haruhigaoka -.

- ¡Entonces tendré que ir a apoyarte! - dije con entusiasmo, haciendo que Ikki me mirase nervioso y desconcertado.

- No es realmente necesario. Además, no sabes mucho de fútbol, seguro que te aburres... -.

- Ikki - dije con un tono serio. Me puse delante de él, parándonos en el camino - No es la primera vez que voy a uno de tus partidos. Es cierto que no entiendo muchas de las cosas que ocurren, pero eso no quita que no me emocione y me divierta ver un partido -.

El futbolista se quedó unos segundos en silencio, mirándome a los ojos. Esto me puso un poco nerviosa, ya que suele desviar la mirada cuando habla conmigo, así que cuando actuaba así sabía que quería decir algo importante para él.

- No quiero que vayas por compromiso solo por ser mi amiga - comentó - No quiero que te sientas obligada a ir -.

Al escucharle me mantuve en silencio, respiré hondo y solté el aire lentamente, intentando calmarme... Aunque claramente no lo iba a conseguir. La terquedad del chico para este tipo de cosas era sorprendente. Siempre daba por hecho cosas que no eran ciertas y nunca las comentaba. Se hacía unas ideas irreales que nunca intentaba corroborar, pues las daba directamente por ciertas, asumiendo lo que pensaban otras personas.

- I-D-I-O-T-A - le regañé mientras tiraba de su mejilla, haciendo que se agachara a mi altura. Ahora era yo quien clavaba mi mirada como agujas en sus ojos turquesas - ¿Cómo que obligada? ¿También piensas que soy tu amiga por obligación?

- N-no - todo el semblante serio que tenía Ikki momentos atrás había desaparecido. Intentaba desviar la mirada, pero cada vez que lo hacía, todavía pellizcando su mejilla, acercaba su rostro hacia el mío, forzándolo a mirarme.

- Voy a tus partidos porque quiero. Porque aunque no me entere de algunas cosas, pues no sé tanto de fútbol como tú, me gusta ir a verte, animarte desde las gradas. Me gusta lo mucho que te esfuerzas, lo mucho que disfrutas del partido, lo mucho que te concentras y manipulas al equipo contrario para que hagan lo que quieres. Me gusta poder celebrar contigo cuando ganas un partido y me gusta estar a tu lado apoyándote cuando pierdes. Porque tú me - Antes de terminar mi discurso me mordí rápidamente la lengua, forzándome a callar. Carraspeé un par de veces y proseguí - En fin, que voy a verte por placer, así que deja de asumir cosas que no son, ¿te queda claro? -.