Capítulo 22

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Ana camina aún cegada.

Por el dolor.

Por las lágrimas.

Por la decepción.

Todo se amontona en su garganta, en su pecho y el tumulto de emociones se enreda hasta dejarla entumecida.

Con tantas ganas de llorar y gritar.

No es capaz. Solo permanece con la mirada pérdida en un punto. Inmóvil. Desmoronándose en silencio.

Cierra los ojos, una solitaria lágrima se desliza acariciando su mejilla.

Entonces escucha un sonoro "click"

Y todo se desvanece.

Todo.

Se queda petrificada, escuchando el sonido irregular de su corazón, parpadea varias veces confusa, con la cabeza agachada, los ojos húmedo y una sensación de entumecimiento abandonando su cuerpo.

Despertando después de un sueño. Así se siente. Solo que sabe que nada lo fue.
Es real.

Entonces no entiende porque de pronto siente el tiempo detenerse por una fracción de segundo. Y en esa fracción visualiza todo, una película reproduciéndose frente a sus ojos, hasta llegar a este momento. Una película sobre una parte minúscula de su vida.

El momento en el que se supone, debe de empezar.

La película se reproduce varias veces. Empieza y termina en el mismo punto.

Una fuerza magnética y electrizante la empuja a alzar la vista, eriza los vellos de sus brazos y envía un escalofrío por su espalda.

la tentación de alzar la mirada para encontrarse con la causa de la carga eléctrica en el ambiente la llama, le susurra que lo haga y una vocecita interna le grita con severidad que no.

Reconoce la sensación.

Reconoce este momento.

Siente una mirada sobre ella, su corazón late con una desesperación dolorosa.

En este preciso segundo, es el momento en que alza su vista hacia Josh.

Es el momento en que ocurre una colisión entre sus miradas.

La primera vez que observan al otro. No a la idea que tienen del otro. La versión real.

La primera vez que siente su corazón aleteando en su pecho. La primera vez que la expresión de Josh muestra emociones genuina al ver las lágrimas no derramadas en los ojos de Ana. La primera vez que ella huye con la certeza de que él lo sabe.

Reconoce ese momento.

Traga saliva. Aún con la cabeza agachada, vuelve a sentir algo tirar de ella, obligándola a alzar su mirada.

No lo hace.

Parpadea ahuyentando las lágrimas, respira hondo, y camina con prisa hasta subir las escaleras y llegar al salón.

Evita el momento que desencadena todo.

Se permite respirar con fuerza.

Se ha evitado conocerlo.

Se ha evitado el dolor.

Y ha evitado la existencia de todos los recuerdos que de ahora en adelante permanecerán solo con ella.

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Se ha sentando sola.

Han pasado horas.

Colisión Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu