Sigue con el cuerpo lleno de energía, aunque cada uno de sus músculos protesta con cada paso que da. Nunca pensó que jugar por tan escasas horas pudiera agotarla tanto. Mucho menos pensó que quedaría con ganas de más.

La próxima le gustaría jugar un partido de básquetbol como tal. Lo único que hizo fue lanzar la pelota a un aro, saltar para alcanzarla y correr. Visto en perspectiva no es jugar en todo el sentido de la palabra.

Le agradaría probar jugando en alguna ocasión un partido de voleibol con Matt. Él sí que es bueno en eso, así que no tendrá oportunidad. Y ahí está lo divertido.

La música sigue resonando en sus audífonos y la reproduce desde el principio dado que por andar pérdida en sus pensamientos no la disfruto como debía.

Esa canción siempre llegar a un lugar muy profundo de su alma.

La forma en que Yeshúa puede transformarte por completo y volverte alguien diferente, incluso cuándo tú pensabas que de una historia como la tuya, de una vida como la tuya no podía salir nada bueno.

Supone que, los humanos nos equivocamos demasiado a menudo. Incluso al juzgarnos a nosotros mismos. A veces, solo Yeshúa es capaz de ver que más allá de toda la suciedad, arrepentimiento y errores del pasado que nos cubre hay algo que merece la pena ser rescatado.

Hay algo que merece la pena ser rescatado para que reflejemos su luz a la humanidad.

Suspira, alza la vista para encontrar que ya ha llegado a su casa. Abre la puerta y la cierra con llave, sus pasos resuenan en el vacío y rebotan en las paredes. Se encuentra sola.

Se dirige a la cocina con pasos lentos y empieza a sacar en automático todo lo que necesita para preparar la cena. Una notificación llega a su celular. Lo revisa de reojo, un mensaje. De Josh.

Se relame los labios, se asegura de que todo está en orden y no hay riesgo alguna de que termine quemando su cena. Calcula las posibilidades y no hay manera posible de que ocurra, con la excepción que se termine entreteniendo en la conversación con el castaño y se olvide por completo de que su cena aún se cocina.

¿Solo por responder un mensaje? No cree que eso suceda.

Josh: Hola, sabelotodo.

Yo: Hola, arrogante.

Responde.

Una notificación vuelve a sonar en el momento en que deja su celular en la mesa de la cocina para centrarse en la comida.

Josh: ¿Es tu forma de decirme que soy el amor de tu vida?

Yo: Que lo pienses dice mucho de ti, ¿No te parece?

Josh: ¿Es tu forma de evadir mi pregunta porque en el fondo sabes que la respuesta es afirmativa?

Anh suspira y niega con la cabeza con una sonrisa sutil.

Yo: Incluso si lo niego seguirás pensando lo mismo. No tiene caso.

Josh: No. Si tus argumentos y las evidencias que me presentas son irrefutables, te daré la razón.

Yo: Claro.

Yo: ¡Ah, por cierto!

Yo: Se me olvidó mencionarlo, tengo algo para ti.

Josh: ¿Ah, sí? ¿Puedo verlo?

Yo: No. Es sorpresa.

Josh: ¡Ana!

Yo: No. Lo sabrás mañana.

Josh: ¿Y me vas a dejar con la intriga?

Yo: Sí, ese es el plan.

Colisión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora