¿Por qué le tiene que importar eso?

¿Acaso en eso se encuentra la integridad y bondad? ¿La amabilidad con la que trata a los demás? ¿El respeto y el amor que se encuentra en su pecho?

No.

Sale de su habitación, se despide de su mamá y baja la escaleras, hasta salir. El azul del cielo y el calor del sol la reciben. No suporta el calor. Lo detesta.

En esta ocasión, le da la bienvenida. Lo siente en su piel, en cada centímetro de ella y eso le grita que está viva. Tiene esa posibilidad. Ese privilegio. Esa oportunidad.

Se encuentra con sus amigas, ambas estudian en el instituto y le hizo feliz que la acompañarán. El único chico es Joshua, y ellas no dieron excusas dado que es muy agradable. No cree que exista alguien que le caiga mal el castaño.

A excepción de ella.

El azul del cielo es suave, la arena se encuentra caliente, y al primero que observa es al castaño, con dos tablas de surf. Está sentado en la arena, con la vista pérdida en el mar.

Faby y Lenae corren al agua, Ana se queda inmóvil y observa que hay dos adultos. Además de salvavidas. Oh, y una red y balón de voleibol ¿Qué?

Se acerca a Josh, y el chico sonríe en cuanto la ve.

—Hola, Ana. ¿Lista para tu primera lección?

—Hola, Josh—Su sonrisa se ensancha cuando ella pronuncia su nombre—¿Eso le prometiste a mi mamá para que me permitiera venir? ¿Salvavidas?

Él se encongió.

—No mencionaste que no nadas tan bien, y es lo mínimo para mantenerte a salvo.

Ella rueda los ojos.

—Tanta preocupación me confunde.

Su sonrisa flaquea.

—Mi intención nunca ha sido esa, Ana. No quiero confundirte.

Se relame los labios.

—Solo quiero que tengas certezas.

Ana ríe.

—Eso es complicado, Josh

Ella hace una pausa y toma una de las tablas mientras él toma la otra.

—Las respuestas se deben buscar por tu propia cuenta.

Suspira.

—En Él Creador de las respuestas, en Él único que puede darnos respuestas.

Habla para sí.

Dios.

Josh, la observa.

—¿Y la red y el balón de voleibol?

Las comisuras de sus labios se elevan con sutileza.

—Dijiste que nunca habías jugado voleibol de playa. Es una buena oportunidad para hacerlo ¿no crees?

La intensa mirada de Josh la atraviesa. Parece querer tanto que Ana no logra entender qué. Parece querer entender que se esconde detrás de la fachada. Ver más allá de dónde sus ojos pueden llegar. Y todo con una fascinación escrita en el brillo curioso y cautivador de sus ojos.

Desvía la mirada.

—¿Vamos?

Susurra ella con sus ojos sobre el horizonte, donde Faby nada y empuja a Lenae en el agua entre risas.

Sus ojos vuelven a los de Josh, y él asiente, ensimismado, con su mente en otro lugar, sus ojos escanean el rostro de Ana.

—Sí, vamos.

Colisión Where stories live. Discover now