🕑|| zoológico

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Aro y Caius estaban en la sala del trono preocupados, eran aproximadamente las cinco de la mañana y sus compañeras aún no llegaban. Sin contar las llamadas que hacían para pedir más vampiros y autos. Ahora mismo Renata, Jane, Alec, Heidi y Alfonso se encontraban fuera del castillo por petición de sus compañeras

—¿Están seguros de que las tarjetas son con fondos ilimitados? —pregunto Marcus con burla

—Cállate —gruño el rubio antes de que captarán a los autos acercándose y los tres corrieron hasta afuera del castillo

Vieron como cinco autos estacionaban al frente del castillo y las tres chicas salieron primeras antes de que los vampiros salgan cargados de bolsas, para luego desaparecer y volver a aparecer para sacar bolsas de los autos

Lo primero que todos pudieron notar fue el radical cambio que la humana se había echo, su pelo ahora estaba lacio y muy bien arreglado, su cara ya no parecía la de un muerto, estaba maquillada, pero lo más se notaba era el cambio de ropa.

Ahora en vez que pantalones y remeras que no combinaba tenía puesto un hermoso vestido negro que le llegaba por arriba de las rodillas, un saco del mismo color que era más largo que el vestido y unas botas altas negras.

Caius noto enseguida el nuevo corte de pelo de su compañera, su pelo largo que le llegaba hasta la cintura había sido reemplazado, ahora su pelo le llegaba un poco más abajo de los hombros.

Dejando eso de lado, Marcus veía maravillado como nuevos lazos se formaban entre las chicas y los guardias, eran débiles pero estaba seguro de que iban a fortalecerse con el tiempo.

—Estas hermosa —le dijo Caius logrando que Emily se sonroje

—Gracias

—¿Tatiana, te divertiste? —le pregunto Aro con una sonrisa al ver como sus guardias no dejaban de ir y venir del castillo con cantidades de bolsas

—Sí, aunque no tuvimos tiempo de comprar todo lo que necesitamos —se quejo ante la mirada incrédula de casi todos, excepto de los reyes, los cuales tambien eran unos locos por las compras —Demetri y Felix fueron de mucha ayuda, fueron muy amables al cargar nuestras cosas las primeras horas.

Los nombrados se miraron entre si con una sonrisa al ver que la chica había echo lo que prometió, aunque eso no había sido lo que había pasado, más bien habían sido obligados a cargar sus compras

—Me alegra escuchar eso —le dijo Aro antes de que veo como un cuervo volaba medio desbalanceado a dirección de su compañera y aterrizaba en su hombro torpemente

—¿El cuervo era muy urgente? —le pregunto Caius irónico pero se calló  al ver como su compañera acariciaba a un pequeño hurón y Bella a lo que parecía ser un zorro

—Mira que hermoso Caius —Emily se acercó a él emocionada por mostrarle a su nueva mascota

—Es muy lindo querida, ¿donde piensas dejarlo? —le pregunto con una mueca

—En el cuarto —respondió con obviedad

—Lo que nos faltaba, un zoológico en el castillo —se quejo Marcus antes de darse la vuelta e irse dramáticamente, dejando que su capa se eleve unos centímetros del suelo

—¿Severus eres tú? —pregunto Emily mientras lo miraba, logrando que sus dos amigas empiecen a reírse

—Es igualito —dijo Tatiana entre carcajadas antes de chocar sus puños con Emily

—¿Quién es Severus? —cuestionó Caius apretando sus puños

—Si que estás viejo —susurró Bella incrédula por su pregunta

—Cállate —gruño el vampiro

—Calmate cavernícola, es un personaje —le explicó Tatiana

—¿De donde sacaron esos animales? —les pregunto Aro cambiando el tema

—Estaban en una tienda que no parecía en las mejores condiciones para tenerlos, están muy desnutridos —les dijo Bella y ambos vampiros le dieron la razón al ver como al hurón se le notaban las costillas, el cuervo parecía débil y el zorro parecía apagado

—Demetri, dile a los cocineros que preparen algo para las reinas y Bella, también comida para sus mascotas —le ordenó Caius

—Amo, no creo que haya comida para hurón, zorro y cuervo —le dijo el vampiro

—Pues que compren, no me importa sólo alimenten a los animales —Demetri asintió antes de desaparecer

—En realidad nosotras ya comimos, al igual que ellos —les dijo Bella

—¿Como? —pregunto Caius sin entender

—Fuimos a unas tiendas que quedaban fuera de la ciudad por petición nuestra y como llevábamos demasiado tiempo comprando decidimos que se turnarán para cazar —le explicó la rubia encogiéndose de hombros antes de empezar a caminar hacia adentro del castillo

—¿A dónde vas, tiana? —le pregunto Bella

—A buscarle algo de comer a este pequeño y  hermoso bebé —dijo antes de desaparecer por algún pasillo del castillo

—Nos vemos más tarde —le dijo Aro antes de seguir a Tatiana por el pasillo

—Patético —susurro el rubio mientras seguía  a Emily quién había empezado a caminar junto con Bella

—¿Qué comen los zorros? —le pregunto a su amiga

—Supongo que carne y alguna otra cosa —le contestó Bella mientras se encoge de hombros

—¿Bella? —ambas chicas pararon en seco al escuchar esa voz, mientras que Caius instintivamente se puso en alerta al ver como su compañera se tensaba por la presencia del Cullen

—Edward, con las chicas nos demoramos en la tienda —Bella avanzo hasta el con una sonrisa y lo beso suavemente, tomando desprevenido al vampiro

—Bella, que bueno que regresaste. Estaba preocupado por tí —Caius rodo los ojos ante la mentira del lector de mentes

«Ni siquiera sabía que se había ido» pensó el rubio

—Bell, vamos. Sabes lo impaciente que es Tatiana —la humana asintió antes de sonreírle al vampiro y volver a caminar con su amiga

Emily por su parte le sonrió a Edward antes de agarrar la mano de Bella y ponerse en marcha hacia la cocina del castillo. Estuvieron caminando unos minutos por los pasillos hasta que encontraron unas escaleras.

—Querida, ¿Sabes a dónde vas? —le pregunto Caius divertido al ver como estaban yendo a los calabozos

—No, en realidad estoy perdida desde que entré aquí —admite la pelinegra mientras sus mejillas se volvían rosadas

—Pude notar eso cuando pasaste dos veces por la entrada de la cocina —le dijo soltando una pequeña risa

—¿Lo sabías? —le pregunto con vergüenza —¿y porque no me ayudaste? —le pregunto con reproche al ver como su compañero asentía

—Queria saber hasta donde podías ir antes de pedir que te guiará —admitió Caius sonriendo burlón antes de tomar su mano libre y empezar a guiarlas por los pasillos

—¿Dios, por qué es tan grande? —pregunto la loba

—Ya llegamos, querida —el rubio abrió una puerta dándoles acceso a la cocina donde ya se encontraban Aro, Tatiana dándole de comer a su cuervo, la guardia y Marcus

—Al fin llegan, pensé que se habían perdido —les dijo Tatiana con burla

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