Eres mía muñeca

Ella huye

Rory se la quitó de encima con algo de esfuerzo, miró el reloj pegado en la pared y buscó algo de ropa para poder salir de ahí. Pasaba por la cocina vestida únicamente con unas mallas y una enorme playera, cuando vio el pomo de la puerta moverse. Se escondió detrás de la barra mientras quien fuera que estuviera en la puerta entraba en la casa.

Por un resquicio de la barra miró a su prima, andaba por la casa como si la conociera. La vio entrar en el cuarto y aprovechó para correr a la puerta y sin siquiera cerrar detrás de ella corrió saliendo de allí.

Tenía que hablar con su jefe, con su madre... pero primero tenía que hablar con Shane.

Tenía que ir hasta su departamento. Esperaba que Candy no supiera donde vivía... hasta que recordó a su prima.

Lauren si sabía donde vivía.

Diablos.

Debía salir de la ciudad ahora mismo.

Sin pensar en su aspecto, fue hasta el aeropuerto.

Iría hacia Shane.

*****

Candy despertó con la ropa mojada. De pie a lado de ella se encontraba quien la había mojado, y no de buena manera.

―Lauren, ¿dónde está mi ángel?

―Cuando llegué estabas sola.

―No... ella...

Lauren se acercó hasta poner la cabeza de Candy en su regazo.

―No te preocupes Candy.

―¿La encontraremos?

Lauren comenzó a reír.

―No Candy, tuviste tu oportunidad y fallaste...

―Lauren...

―Shh... eres mía muñeca, así que será mejor que te olvides de los ángeles, a partir de hoy puros diablillos estarán en tu camino.

Entonces Candy percibió un pinchazo en el brazo y fue lo último que sintió hasta mucho después.