Parte 3

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Estando abrazados en su cama, empezamos a besarnos. Sin dejar de hacerlo le saque la camiseta, y empecé acariciar su hombros, brazos y más. Me saco a su vez la camiseta y el sutien y... creí morir al sentir sus manos en mis pechos. Sin de dejar de besarnos, le saque el short y el calzón, y lo acaricie... quedando maravillada de lo tibio que estaba y de lo suave y grande que es. A su vez me saco la bombacha y... sentí un placer casi insoportable cuando empezó a masturbarme. Mucho rato, besos y caricias después, me acosté sobre él, y lo mire a los ojos sonriendo. –Ya amor. Quiero ser toda tuya.

Luego de ponerse un preservativo que saco de la mesa de luz, me acostó sobre él y... mientras nos besábamos, y con toda la lentitud del mundo me acariciaba la espalda (haciéndome arquear de placer), fue entado en mí hasta hacerlo completamente. Mucho rato, caricias y besos después, "explotamos" en un orgasmo INCREIBLE. Mucho después lo mire a los ojos sin dejar de abrazarlo. –Gracias amor. Gracias por hacerme vivir, la experiencia MAS SUBLIME DE MI VIDA. –Fue INCREIBLE Ody. Jamás olvidare este día. En eso empecé a llorar, con lo que me abrazo un más contra el acariciándome la espalda. -¿Estas bien Ody?. ¿Te duele algo nena?.

.-Te amo Hans. –Yo también te amo Ody. –Entonces amor ¿vamos a esperarnos mientras estudiamos en la universidad?. –Claro que si princesa. De eso no tengas ninguna duda.-Y cuando nos licenciemos, nada ni nadie nos impedirá comprometernos, casarnos, y cuando sea el momento formar nuestra familia. –Eso suena hermoso amor. –Y algún día será una realidad. Te lo prometo Ody.Y sabes que podre demorar menos o meas pero siempre cumplo.

Los meses pasaron. Cumplimos diecisiete años y quedan unos pocos meses para irnos a la universidad (a Princeton el a Harvard yo), así que aprovechábamos al máximo, cada minuto que pasábamos pasar juntos (de preferencia a solas). Solo faltaban cinco meses para irnos a la universidad, cuando llego aquel día NEFASTO que no debió llegar nunca. Estábamos en un descanso hablado con mis hermanas, cuando Hans llego donde nosotras.

Me miro con evidente desprecio ¿asco? Y sin más... -Vos y yo terminamos para siempre. No pienso atarme a una sola mujer (o intento de ella) cuando en la universidad tendré a cuantas me dé la gana. Sin más se marchó sin mirar atrás, dejándome con el corazón hecho pedazos. Horas después ya en casa de Diana (donde nos quedaríamos las cuatro a dormir), mientras merendábamos las mire a los ojos. –Duele y mucho. Mentiría si digo que no. Pero ya no voy a llorar por ese imbécil. EL se lo pierde. Me miraron sonriendo. –Así se habla hermanita. Ese idiota no vale ni media lagrima tuya.

Las mire sonriendo. –Ustedes ¿estarán conmigo?. Erika me sonrió. –Ofende la pregunta nena. Sonriendo estiro una mano que estrechamos de igual forma. Pase lo que pase, las cuatro mosquiteras estaremos juntas hasta el fin del mundo ¿es promesa?- Es promesa hermanita. Finalmente llegó el momento de irnos a la universidad. Para nuestra alegría, las cuatro compartiríamos dormitorio durante los cinco años allí. Fue a los veintidós años (en el penúltimo año en la universidad), fue que conocí a Alfred que (ya verán porque) IRONICAMENTE estudiaba derecho, con miras a especializarse en violencia de genero. 

Tu mi ángel terrenalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora