—Enserio? Estas loca, te amo amiga

—Si, y de parte de Vicente también, pero ve apúrate y que no te vean

Me apresuró y salgo con cuidado al patio tratando de que nadie me vea, pero para mi mala suerte

—Amélia a donde pensas ir? —pregunta Tomás en tono serio mientras se acercaba, y mierda porque me tuvo que ver

—Sólo a tomar aire

—Queres que te lleve a algún lado?

—No sólo voy a hacer unas cuadras nada más

—Sabes que tu Mamá no permite que salgas, así que no puedo dejarte salir perdón —Maldito dije en mis pensamientos

—Es mi cumpleaños y por hoy no estoy castigada

—Aún así Amélia no me podes seguir ignorando, tenemos un tema pendiente del cual hablar

—No tenemos nada de que hablar, lo que paso ese día fue accidental y lo entiendo no te gusto, y ya me lo dejaste en claro sino me hubieras buscado antes

—Amélia entendeme, sos menor de edad y lo que paso ese día si fue en error y por eso quiero que quede claro. Te tengo mucho aprecio pero no te veo más que como la hija de mi jefa o como mucho una amiga, lo único quiero es recuperar la buena relación que teniamos —Esas palabras me demolieron, en mis fantasías quería pensar que él estaba atraido por mí y que si lo ignoraba no aguantaría hasta confesarlo, pero no fue así

—Me estas diciendo que ese beso que vos mismo me diste no fue nada? No sentiste nada?

—Perdón pero no sentí nada, sólo fue un impulso del momento, pero podemos ser buenos amigos

—Vete a la mierda —digo sin más y salgo corriendo de la mansión a buscar el regalo de mis amigos

No podía creer que me enamore de un imbécil, me besa para luego decirme que no fue nada, ¿porqué carajo lo hizo? No para de preguntarme mientras caminaba con bronca y ansiedad acumulada

Con toda la furia contenida, estaba llegando a encontrarme con el tranza y ese momento mis ojos ven un hombre en motocicleta de unos 20 vestido de negro con campera de cuero, lo cual me atrajo mucho y supuse que era él

—Marcos, no cierto? —pregunto sin más

—Así es, y usted señorita debe ser Amélia, Amélia Volker, no es así?

—Si como sabes mi apellido?

—Bueno tu familia no pasa desapercibida —Anuncia sonriente

—Claro, tenes razón

—Bueno aquí tiene 1/4 de yerba

—Porque tanto? —Esa cantidad era un montón de droga para mi sola

—Tus amigos me dijeron que te entregue esa cantidad —Esos dos están dementes pienso

—Bueno es mucho para mi sola y hoy es mi cumpleaños, haces algo ahora? —No se que hacía hablándole a un hombre que no conocía de nada, pero necesitaba liberar la rabia acumulada por las palabras de Tomás y la mansión donde se encontraba su presencia no era la mejor opción

—Feliz cumpleaños linda, si quieres podemos ir a un lugar donde tengo muchas más cositas además de esto —y señala la bolsa de marihuana que me dió —Algo me dice que la vamos a pasar muy bien —dice con cara de pervertido, y por alguna razón me pareció buena idea irme con ese hermoso y varonil chico, así que me subí a su motocicleta.

Llegamos a un lugar alejado de la ciudad, era un galpón amplio donde había tres hombres más y dos mujeres drogandose, los cuales me miraron desafiantes hasta que Marcos me presento

—Es Amélia Volker, amiga de Zoe y Vicente

—Ah una de esas ricachonas, que hace aquí y con esa pinta —menciona una de las chicas mirándome de arriba abajo

Lo cual no tardo en tener la situación en mis manos

—Yo se que mi apellido me condiciona, pero no hay nada que repudí más que ser una Volker, yo soy una de ustedes — digo con impetú

—Y además es su cumpleaños —agrega Marcos

—Bueno entonces va a haber que festejar —menciona uno de los chicos, mientras los demás sacaban pastillas, alcohol que mezclaron con merca y bolsitas de cocaína

Las horas pasaron, llego un momento que no sentía el cuerpo y me encontraba sola con Marcos en una habitación, no se muy bien que fue lo que paso después de todo lo que ingerí, en un momento sentí que moría y no recuerdo más nada sólo que al día siguiente desperté en un hospital.













Millonarias y mal criadas Where stories live. Discover now