] ́🍨 ... 𝙩𝙤𝙙𝙤𝙧𝙤𝙠𝙞! 𝗖𝗢𝗢𝗟, 𝗛𝗢𝗧, 𝗦𝗪𝗘𝗘𝗧 𝗟𝗢𝗩𝗘 轟 ₊˚ˑ ↷

── 𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿: 𝘁𝗵𝗿𝗲𝗲 🍨 ! ↷

Se podía escuchar como el reloj hacía ruido cada segundo que pasaba por el silencio que había en la habitación de Ume. Entre que ella estaba nerviosa y no sabía qué decir y que Shoto no era alguien de muchas palabras, creaba un ambiente tenso e incómodo.

El chico bicolor puso su mochila encima del escritorio y sacó el libro de lengua que usaban en clase.

— Bien, lo que ectoplasm explicó en la última clase...— El joven comenzó a hojear el libro.—

— Si sobre eso...— Interrumpió ella.— En realidad no atendí a nada del último tema que hemos hecho en lengua...— Dijo avergonzada mirando a otro lado.—

— Pero... si estabas despierta.— Preguntó el heterocromático confuso.—

— Es que como me aburro me pongo a pensar en qué voy a comer cuando salgamos de clase, o en la serie que estoy mirando... sueño despierta.—

El chico se la quedó mirando un buen rato con su típica cara de póker. Eso a ella la puso nerviosa al punto de que comenzó a soltar una pequeña risilla que desprendía incomodidad. Entonces, el de cabellos lacios se decidió.

— Está bien... entonces debo comenzar a explicarte desde el principio.—

— ¿Entonces debo sustituir el nexo por "eso"? — Preguntó la ojirrosa mirando el libro.—

— Sí exactamente.—

— ¡Estupendo! — Extendió los brazos emocionada para luego tumbarse en la mesa.— Estoy exhausta siento que no me entra más información en la cabeza...—

— Pues aún queda la mitad...— Dijo Shoto con un tono neutro.—

— ¿¡Qué!? — Exclamó dando un brinco y mirándolo con enojo.—

Entonces, la puerta del cuarto de la joven se abrió, dejando ver a una versión adulta de Ume agarrando una bandeja con muchos dulces.

— Hola chicos, he pensado que os vendría bien comer un poco.— Dijo la señora Amaigawa con una sonrisa dulce.—

La de cabellos ondulados miraba fijamente la bandeja llena de dulces. Estaba deseando comerlos, pero no quería quedar mal delante del "príncipe de las nieves", como ella lo llamaba, quería seguir estudiando.

— No, gracias mamá.— Respondió a regañadientes la adolescente, haciéndose la dura.—

— En realidad.— Interrumpió el heterocromático.— Creo que nos iría bien un descanso, te he explicado muchas cosas en muy poco rato, debes estar quemada.—

Ume miró esperanzadora al joven. No podía creer lo que acababa de oír. Se levantó eufórica de la silla para tomar la bandeja, darle un beso a su madre y volver a sentarse mientras tarareaba mirando los dulces que había traído.―