《 Dos personas que no se soportan se deben unir por una gran pérdida por parte de ambos, sus mejores amigos mueren en un trágico accidente y ellos siendo los padrinos, no tienen otra opción que hacerse cargo de su pequeña Bethany 》
Adaptación Autori...
Después de haber dejado todos los regalos en el sofá y haber dejado uno en especial, que estaba seguro que el castaño lloraría todo el día, Emilio se encontraba decorando los últimos detalles para la mini fiesta sorpresa que le haría a Joaquín. Tenía más que sabido que el castaño no quería festejar nada, pero supuso que no daría quejas si sólo se trataba de ellos 3.
El castaño había ido a casa de su madre, acompañado de Bethany, así que él aprovechó las horas libres para darle la sorpresa a su pareja no oficial, hasta ahora.
Estaba decidido, hoy le pediría a Joaquín que sea suyo.
Se había aguantado durante la navidad y el año nuevo, porque quería hacerlo el día de su cumpleaños.
Se encontraba más nervioso que lo que había pensado, sus manos sudaban y debía secarlas en sus jeans a cada rato.
Estaba un 70 por ciento seguro que la respuesta sería afirmativa, pero el 30 por ciento que era negativo era el que se estaba adueñando de sus nervios.
Escuchó el sonido del horno que avisaba que el pastel ya estaba horneado, por lo que sólo debía agregarle la decoración.
A Emilio le encantaba cocinar, era algo que había heredado de su madre, por lo tanto, no le era difícil manejarse con total fluidez en la cocina.
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Ya con todo preparado, sólo estaba esperando que sus 2 amores llegaran a la casa, la espera no se hizo tan larga ya que minutos después escuchó la puerta del garaje abrirse y tiempo después el sonido de las llaves en el cerrojo, la puerta abrirse y la pequeña figura de Bethany corriendo hacía él. Emilio no dudó en cargarla entre sus brazos y darle un beso en la mejilla, el castaño colgó su abrigo y se sacó su bufanda, para luego acercarse a él también.
Depósito un corto beso en los labios del rizado. - hola, Emi. - saludó
- Hola, amor. - respondió al beso con una sonrisa. - ¿Cómo la haz pasado en casa de tu madre? - preguntó siguiendo al castaño por detrás.
- Bien, mis padres preguntaron por tí y.. - se paró en seco al ver cómo se encontraba el living y por ende el comedor.
La expresión de sorpresa en el rostro del castaño y la sonrisa que se formó le mandó una corriente de alivio al cuerpo de Emilio.
- ¿Emilio, que...?
- Feliz, cumpleaños, mí amor. - dijo abrazándolo por detrás y dándole un beso en su cuello. - sé que dijiste que no querías festejar nada, pero, ésto sólo será para los tres.
El castaño volteó, rodeando el cuello del rizado y mirándolo con ternura mientras sus ojitos brillaban por las lágrimas que amenazaban con salir.
