INICIO

355 40 6
                                    

Joaquín estaba sumamente nervioso, mordiendo sus uñas y moviendo su pierna izquierda de aquí para allá, su mejor amigo, Nikolás, había insistido en que debía conocer a nuevas personas, que estar sólo no le serviría de nada ¿Y que mejor que presentarle a alguien de confianza cómo lo era el mejor amigo de su novio? Ambos chicos se encontraban en aquel restaurante en el centro de Toluca, Eduardo, el novio de su amigo, había enviado un texto avisando que estaban a punto de llegar a su destino.

- Ya cálmate, Joaco. Todo resultará genial ¿Te imaginas tú con el mejor amigo de mí Eddie? ¡Será increíble! - habló emocionado el ojiverde.

- Ya, Nik. Es sólo una reunión para conocernos, nada más. - musitó el castaño intentando calmar sus nervios.

El ojiverde estuvo por contestar, pero fué interrumpido por 2 chicos parándose frente a ellos, un pelinegro, que ya Joaquín conocía a la perfección, y por otro lado, a un rizado, al que nunca había visto en su vida.

- Hey, amor - musitó el ojiazul acercándose a su novio y dejando un casto beso en los labios de su amado - hey, Joaquín. - estrechó la mano del castaño con una sonrisa y luego se volvió a poner rígido para pasar una mano por los hombros del chico, el cuál no le quitaba los ojos de encima al ojimiel.

- Él es Emilio Osorio, es mí mejor amigo, Joaquín. - presentó al rizado y éste sonrió, extendiendo su mano hacía el último nombrado.

- Un gusto conocerte, Joaquín. - masculló aquel chico, Joaquín rápidamente extendió su mano, estrechándola con el chico parado frente suyo.

- Lo mismo digo, Emilio.

Eso se suponía que era el inicio de una buena y fantástica velada. Pero, fué todo lo contrario, al parecer, Emilio y Joaquín no concordaban en nada de lo que el otro decía, era cómo una guerra de posesión, quién era el mejor amigo de quién, quién sabía más que el otro, quién era más inteligente, cualquier cosa absurda que se les presentaba, ellos querían hacerse ver mejor que el otro. La pareja amiga no sabía cómo hacer para que los chicos dejaran de lado las estúpidas discusiones, pero, nada podían hacer, conociéndolos, cómo los conocían, sabían que era inútil intentar meterse en esa tonta pelea.

Luego de que Emilio "accidentalmente" tirara su copa de vino en la chaqueta favorita de Joaquín, el castaño salió soltando maldiciones hacía el causante de sus frustraciones, dejando al rizado riendo y a la pareja perpleja.

Creyeron que podrían unirlos, pero lo único que desataron fué una guerra entre aquellos 2 chicos por ver quién era el que mandaba y dominaba allí.

Eso sólo había sido el inicio de esa interminable pelea.

Los días, semanas, años, pasaban y tanto Emilio cómo Joaquín, no daban el brazo a torcer, eran demasiado orgullosos para admitir algún error de cada uno, lo mejor era echarle la culpa al contrario.

Eduardo y Nikolás no dejaron que el "odio" que sus mejores amigos se tenían entre ellos arruinaran su relación, ellos se comprometieron, se casaron y luego de 3 años, decidieron que era tiempo de tener a su primer hijo/a, por lo que luego del tercer aniversario de casados, la pequeña Bethany llegó a sus vidas, haciéndolos la pareja más feliz de todo el planeta tierra.

- Digan ¡Whiskey! - gritó Joaquín con la cámara en sus manos enfocando a la feliz familia.

- ¡Whiskey! - gritaron los dos sonriendo hacía la cámara, con su pequeña en brazos.

- Salió perfecta - felicitó el castaño mostrándoles la poloraid a la pareja.

- Es hermosa, gracias, Joaco. - agradeció el ojiverde.

Bajo El Mismo Techo // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora