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Aquel veinticuatro de diciembre Carolina se esperaba lo peor realmente, aunque la situación ameritaba alegría, no había nada de ello en la atmósfera ahora

- si quieres que discutamos no lo haré por teléfono- hablo victoria

Carolina tambaleó sus pies y los miro atenta, pensativa, su cabello estaba suelto y observaba la noche de la ciudad de cali atravez del gran ventanal del pasillo de hospital, bufo y quiso contestarle lo mismo que ella le había dicho en la madrugada

"Vete a la mierda", pero realmente no era igual de explosiva y grosera que ella, y aparte de eso, por el tono en el que victoria había hablado tras que contesto la llamada Carolina dudaba que recordara la mitad de las cosas que le dijo en la anterior llamada

- no quiero discutir, y si tú quieres enojarte hazlo, pero no pienso irme para allá en un buen tiempo, y si quieres discutirlo victoria....- un enojo creció dentro de ella al recordar sus palabras  en la  madrugada  y el hecho de que ni en esa ni en esta llamada la había dejado hablar la hicieron frenar antes de decir algo de lo que después se arrepentiría

- tú tendrás que venir por mi, estoy cansada, feliz navidad, Juan tiene tu regalo- finalmente colgó y apagó su celular

Dejo de mover sus pies y coloco sus codos en sus muslos, balanceándose un poco mientras respiraba, estaba tan molesta que no quería recordar mi la mitad de los reproches de victoria, puso las palmas de sus manos en su frente y apartó su cabello que ahora estaba suelto, se reincorporo y camino de nuevo hasta el pasillo donde estaba la.habitacion de su abuela

Su familia ya se había ido y el único fiel que reposaba al lado de Anabel era su esposo Gabriel, con una sonrisa de felicidad sin más con un pequeño rastro de tristeza en sus ojos pero contento de tener a su mujer viva, Carolina entro en silencio y los observó a ambos desde la puerta, paso a sentarse en el sillón de al lado y los observó con calidez en sus ojos. Cómo si su relación de ya dos años no estuviera inestable ahora mismo

- mira carito- llamo su abuelo mirando su reloj de mano - falta poco para las doce- sonrió mientras seguía tomando la mano de su mujer

Carolina sonrió y se acercó a su abuelo por detrás, dejando sus manos en los hombros de este y mirando a su abuela feliz

Sus tías y tíos de seguro estaban en la casa que doña Ana había rentado para las fiestas, luego vendrían con su hipocresía y sus hijos bien vestidos a darle la feliz navidad a la señora de la familia, Carolina en esos momentos de seguro ya estaría en la habitación de su hotel, durmiendo, victoria no había enviado nada y con la discusión  que acababan de tener dudaba mucho de que le daría un regalo después, pero ahora eso era lo que menos importaba

- ¿Saben a qué me hace recuerdo esto?- preguntó Carolina

Sus abuelos estuvieron atentos

- a cuando Daniela se escapó con su noviecito esa navidad, y la pasamos en la defensoría- rió y su abuelo imitó el gesto

- y la culicada había ido a coger- renegó su abuela y eso le dió más gracia a ambos

°°°°

29 de diciembre

Juan miraba ya cansado a su hermana, victoria caminaba en círculos de nuevo, las palabras de Carolina la habían dejado sin nada para quejarse, y no se había atrevido a volver a llamarla de nuevo, no quería dejarse llevar por el enojo esta vez, conocía cuando Carolina realmente estaba molesta o cansada, y en momentos como esos victoria evitaba a toda costa generar pelea

Sabor A Mí- Young Miko Where stories live. Discover now