Capítulo 1: Siguiendo tus pasos

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Saltó desde los escombros hasta una caja, ya estando definitivamente dentro del lugar. No podía ver nada, la noche había caído y la única iluminación que había eran los faroles de la calle, pero dicha iluminación casi no llegaba.

Metió su mano en el bolsillo de sus shorts, para luego sacar una linterna. La misma linterna que usó en su última estadía en ese lugar. Debía admitir que no era nada cómodo llevar una linterna las veinticuatro horas del día en un bolsillo.

La encendió y apuntó la luz por el lugar. Era exactamente como había soñado, todo estaba sucio y destruido. En esa zona había varios grafitis por las paredes, no parecía importarle mucho a la gente vandalizar la entrada. Se preguntaba si más adelante también lo habrían hecho.

Bajó de la caja en donde estaba y luego bajó por unas escaleras. Al ya estar en el piso, empezó a caminar observando el lugar. Tal como lo recordaba desde la última vez que estuvo ahí, exceptuando lo anterior dicho.

Pasó por los regalos de los Glamrock, parecía que había sido saqueado, o por lo menos se llevaron la mayoría de peluches. Subió las escaleras y se encontró con un Staff bot, el cual parecía estar desactivado. Una linterna estaba tirada en sus ruedas, parecía que se le había caído. La agarró e intentó encenderla, pero ya no le quedaba batería. Tiró la linterna y siguió caminando con la suya propia.

Llegó hasta un elevador, el cual parecía haberse caído. Entró en él y buscó con su linterna un orificio por donde salir, y convenientemente encontró una trampilla abierta.

Subió por un montón de escombros y salió del elevador. Pudo ver unas escaleras en la pared, así que empezó a subir por ellas. Sentía que estaba recorriendo el mismo camino que ella recorrió, y eso esperaba estar haciendo. Si quería encontrarla, tendría que seguir sus mismos pasos.

Al subir las escaleras, vio un conducto de ventilación. Gateó por él hasta encontrarse con que el conducto estaba roto, así que se deslizó por ahí. Cayó en un montón de mugre, en donde había un nido de cucarachas.

Alumbró con su linterna, enterandose de que estaba en la cocina. Estaba sucio, más que todo lo que había recorrido. Lleno de cucarachas, moscas, bolsas de basura y comida putrefacta en el suelo. Se contuvo las ganas de vomitar, no era momento para eso.

Tapó su nariz por el olor a podrido y continúo hasta salir de la cocina, y recorrió el almacén. Bajó unas escaleras en donde colgaban cables, y siguió por un pasillo el cual habían varias instalaciones eléctricas.

Continúo por el pasillo, alejado lo más posible de aquellas máquinas de las que saltaban chispas. Al final había una habitación de válvulas, podía ver que debajo de él estaba lleno de agua.

A un lado habían unas vallas para asegurarse de que nadie cayera al agua, pero entre medio de estas, unas tablas de madera rotas estaban cubriendo parte de la valla destruida.

Miró al otro lado, viendo que había un conducto que fácilmente podría atravesar. Pero, ¿Por qué los tablones pegados en la valla estaban quebrados? Tal vez era casualidad, pero Gregory ya no confiaba en esa palabra.

Dio unos pasos para atrás hasta tocar la pared. Suspiró y corrió hacia las tablas, dando un salto hacia el agua. Y en ese momento, recapacitó en un pequeñísimo detalle: no sabía nadar.

Tapó su nariz rápidamente para que el agua no entrara a sus fosas nasales, y entró en contacto con el agua. Dejó que la corriente lo llevara, es decir, se hundió.

Después de unos sofocantes segundos, salió del agua y cayó al piso. Tosió un poco, ya que un poco de agua logró infiltrarse. Regulo su respiración, y se dio la vuelta para saber de donde había salido.

Buscandote entre las ruinasWhere stories live. Discover now