Mi jefe (Justin Bieber y tú)

Capítulo 2

Al salir, ahí estaba mi hermoso novio James, esperándome con una sonrisa en su rostro.
Me acerqué a el y lo bese.
-Hola mi vida, estas hermosa -Dijo haciéndome sonrojar.
-Gracias, y vos no te quedas atrás- giñandole un ojo, haciéndole reír.
-Bueno, vamos yendo antes que el estúpido de tu jefe se enoje y te haga la vida imposible.
-Si, vamos. No quiero pasar por lo mismo que la semana pasada.

Condució durante 20 minutos, hasta llegar a la inmensa "Empresa Bieber", una compañía de arquitectos e ingenieros. Los más importantes del país, yo era la asistente de Jeremy Bieber el dueño de la empresa. Pero hace un mes, Jeremy no vino más por razones que desconozco, dejando a su detestable hijo a cargo de todo.

Me despedí de James, quien era importante en la empresa por ser uno de los mejores ingenieros, el se quedaba en el piso 12. Me despedí y seguí hasta mi piso el 22 (el ultimo del edificio).
Cuando entré, en recepción estaba la odiosa Natalie, con sus estúpidos labios rojos sangre, su escote que parece que va a explotar en dos segundos y su mirada de desprecio que me hace todos los días.
La saludo por respeto, aunque me gustaría pegarle la cabeza contra el escritorio. Obviamente me responde con un tono sarcástico "Buenos días querida ______, espero que tengas un lindo dia de trabajo"
A veces creo que nadie puede ser más detestable, hasta que me acuerdo de mi estúpido jefe.

Llegó a mi escritorio, acomodo mis cosas y empiezo a trabajar en el plano de Selok, uno de los más importantes que tuve que hacer hasta ahora, el señor Bieber (Justin) me ayudaba en el proyecto, con correcciones y sugerencias. Ya faltaba poco para terminarlo. Solo necesitaba terminar detalles, la aprobación de mi jefe y ya estaría listo.

Estaba tan concentrada trabajando que no me percate que mi jefe estaba al frente mio, mirándome con un cierto enojo en su mirada.
-Perdón señor Bieber, estaba trabajando en el proyecto.
-Me importa una mierda, quiero mi café y la muestra del proyecto de inmediato- entrando a su oficina, cerrando la puerta de un portazo.
Mierda, mierda, mierda.

Corrí a prepararle el café. Cuando lo termine, acomode los últimos detalles del proyecto. Acomode mi ropa y toque la puerta.