02.- Por Cosas del Destino

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Durante dos años Crocodile se ganó lenta, pero sistemáticamente la confianza de Cobra, el hombre se había vuelto loco por él tan solo con verlo, Cobra lo deseaba y Crocodile lo sabía, usando eso a su favor para infectar el reino de Arabasta

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Durante dos años Crocodile se ganó lenta, pero sistemáticamente la confianza de Cobra, el hombre se había vuelto loco por él tan solo con verlo, Cobra lo deseaba y Crocodile lo sabía, usando eso a su favor para infectar el reino de Arabasta.


Odiaba lo mucho que el hombre abandonaba a su pequeña hija por permanecer a su lado, fue una de las razones por las que no se decidió a meterlo a su cama, sabiendo que eso le allanaría mucho el camino a su objetivo. Era un hombre adulto, hecho y derecho que disfrutaba el sexo, antes con Dragón y ahora con algún amante ocasional que invitaba a su cama, pero ninguno había sido profundo o permanente. Pero el desinterés por la niña cuando él aparecía, era lo que le molestaba, él daría su otra mano por la oportunidad de pasar un día con su hijo. Por tener la oportunidad de ser amado de la manera en que la pequeña princesa amaba a su padre.


Ese año también fue nombrado Shichibukai, mientras eso pasaba East Blue fue recorrido de punta a punta por los hombres de confianza de Crocodile, fue en la isla Dawn, en el reino de Goa, en una pequeña villa llamada Foosha, dónde el Vicealmirante Garp solía pasar vacaciones periódicamente que Daz Bones encontró la pequeña esperanza.


Tres niños huérfanos que vivían bajo el cuidado de una joven mujer, tres niños que tenían la misma edad que el pequeño al que buscaban y tres niños que podrían levantar o tirar por tierra el ánimo de su capitán.


Crocodile había partido rumbo a la isla nada más tener la confirmación, nada le importaba más que cerrar esto, pero también fue convocado como Shichibukai y debía presentarse, si su hijo estaba vivo, ambos necesitaban la protección de ese título. Así que a pesar de sus deseos primarios de correr y buscar eso que le habían arrebatado hacía ya casi tres años, se dirigió a la maldita reunión para asegurarse un estatus para poder proteger mejor a su pequeña plaga.


Daz se acercó y revistió el cuerpo de su jefe con feromonas Alpha agresivas, el aroma intimidaría a los demás Alphas en esa reunión. A Crocodile le gustaba Daz, era leal y estaba al lado del Crocodile porque ambos sabían lo que era perder lo que más se amaba.


—¿Estás bien?– preguntó el Alpha con cara adusta.


Entre ellos no había nada más allá que la bandera del mismo dolor, el omega embarazado de Daz había sido asesinado antes de que siquiera pudiera traer a su primer cachorro a la vida, Crocodile había atrapado al responsable y lo había arrastrado frente a Daz, desde entonces ellos habían estado juntos, sintiendo que los unos un lazo fraternal invisible.


—Estoy bien, solo estoy pensando, más bien deseando acabar con esto e ir a Dawn– suspiró Crocodile, apoyándose contra la barandilla. —Mañana mi hijo cumpliría tres años… si todo sale como espero… será el último año de esta maldita incertidumbre.


 —Nadie tiene derecho a hacer pasar a un padre por esto...– apretó los labios con ira por la crueldad de la situación, incluso ahora que tenían una pequeña pista sólida, no se le permitía a Crocodile correr para encontrar ese pequeño tesoro.


Hanashi.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora