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El tiempo sana todo. No quedaba decepción o tristeza. Al menos regresó a niveles normales.

Por esa razón, ambos hombres por una decisión cuestionable andaban como un par de adolescentes. escondidos del mundo en una playa con arena dorada en la gloriosa ciudad de Barcelona. Guillermo salió del agua cristalina tallando su mano sobre su rostro. Los rizos del hombre goteaban agua y se estaba peleando con el mismo para no sacudir el agua de su cuerpo. Mientras Lionel estaba sentado con líneas blancas decorado su piel de bloqueador que no fue bien absorbido. El argentino gozaba del plato de carne asada en sus manos.

El camino para llegar a este momento no fue nada fácil. Después del mundial desafortunadamente no había manera de verse sin arriesgar siendo visto. resultando en unos cuantos meses donde solo tenían contacto a través del teléfono. Pero en una decisión impulsiva media tonta del portero se pudieron ver un día en el país amado del delantero.

Lionel aún no sabía muy bien lo que "era" su
relación con Guillemo. Cuando le pregunto al alfa ese dia en argentina su respuesta fue corta y dada con una sonrisa de oreja a oreja. -Pues amigos chaparrito!-

Amigos?

Kun es su mejor amigo y nunca ha tenido estos sentimientos con él. Jamás. Y el también es alfa. Si lo miraba de una manera biológica era también un mar de confusión. El es un omega dominante y Guille un alfa dominante. El es una cabra común y Guille un jaguar. ¿Dónde estaba el sentido? ¿La razón? ¿La logica? Han estado en este baile raro pero maravilloso por casi dos años. Se visitaban cada cierto tiempo, conocían a sus compañeros de sus equipos, corrían de los periodistas juntos y cada vez Lionel pudo sentir algo en el reaccionar. Se quería aferrar a ese alfa y nunca soltarlo. El mayor es gentil, amable y se comporta bien con todos. Nadie es perfecto pero ese alfa es algo especial.

El jaguar se paró enfrente de la mesa más cercana al mar comiendo un trozo de carne antes de brincar en el agua de nuevo. La cabra no entendía muy bien el amor que Guillermo tiene al agua puede ser por su biología pero la cara de alegría que portaba era como un niño en navidad. Un grito llamó su atención al mar No muy lejanos. -Oye! Chaparrito me puedes hacer un gran favor y traerme mis lentes de sol?-

Con una última mordida la cabra terminó su almuerzo. -Si dónde estan?

-En la mesa de la cocina creo!

El Argentino solo asintió. La casa no estaba lejos, en solo subir unas escaleras ya estaba en la entrada. Los ojos del argentino tomaron un segundo para ajustarse a la luz mientras pasaba de cuarto a cuarto. Cuando llego a la cocina los lentes negros estaban sobre la mesa exactamente donde el alfa le dijo que estaban. Los agarró y estaba a punto de irse cuando noto la puerta de la habitación de invitados abierta. Ese era la habitación donde Guillermo se dormía mientras se quedaba con el. Lionel fue a cerrar la puerta cuando fue golpeado por el olor puro de Guillermo.

Fue maravilloso. Lionel no era tonto, sabia muy bien que Ochoa controla mucho sus feromonas alrededor de la gente. Normalmente el guardameta no huele muy fuerte pero eso puede ser efecto de los supresores que tomaba. El mismo ha dicho varias veces que tomaba muchas para controlarse al cien por ciento y no incomodar a nadie pero dejaba algunas en tiempos de descanso. Y ahora tener ese aroma en su estado natural hizo cosquillas formarse en el cuerpo de Lionel. Sin pensar la cabra se metió al hogar del jaguar rodeado por su aroma. Olfateó el aire y la cama donde el olor era más intenso. La cama estaba tendida pero tenía algunas prendas encima que olían exquisitamente bien. No debía. Era una estupidez. Pero no podía perder ese aroma cautivante después de haberlo olido. Construir un miso con esas prensas sería un sueño hecho realidad. No faltaba mucho para su celo. Lo necesitaría. Abrió los cajones sacando ropa parecida y tirándola sobre la cama para acomodarla. No sabía cuánto tiempo tenía. Si Guillermo lo cacha se muere en ese instante. Rápidamente se llevó las prendas que ya estaban encima y corrió a su habitación. Las escondió en el armario debajo de un montón de ropa. Al rato

Entre  garras y colmillosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora