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Estaba por irme a la cama cuando escuché pasos y algún pequeño grito en la lejanía de la noche

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Estaba por irme a la cama cuando escuché pasos y algún pequeño grito en la lejanía de la noche.

Me froté los ojos y me acerqué a la ventana mirando la calle. Parecía completamente desolada, así que pensé que sería mi imaginación, fruto del cansancio.

Pero mi sentido arácnido vibró y volví a mirar de nuevo.

Una mujer parecía correr de un hombre que la seguía muy de cerca.

Me puse el traje lo antes posible y salté de la ventana columpiándome entre los tejados para luego llegar junto a las dos personas.

— ¡Oh Spidermoon! —la mujer llegó a mi lado y se posicionó detrás mío— ¡Ayúdame por favor!

— Tranquila señora, pero no me grite en la oreja. —observé al hombre que se había detenido frente a nosotras— Será mejor que vuelvas por donde has venido camarada.

Mis ganas de volver a la cama me suplicaban terminar con esto cuanto antes, pero mi sentido arácnido no paraba.

— Es increíble que hayas caído en la trampa... —habló el hombre— Se suponía que eras una chica lista.

— De hecho, lo soy. Respecto a... —mi cabeza me taladró, algo no iba bien. Me giré para mirar a la señora pero esta me propinó un puñetazo directamente en la cara, haciéndome caer al suelo— Joder señora, como pega...

Masajeé la zona del golpe y me levanté. La mujer se había colocado al lado del hombre y gracias a la luz de una farola pude ver sus rostros.

Parecían gemelos... y rusos o alemanes.

— Señorita creo que podría haberse defendido sola. —me apoyé en la esquina del edificio de al lado y respiré hondo.

— Creo que nos vamos a divertir mucho contigo pequeña. —habló la mujer y un escalofrío me recorrió entera.

Comenzó la pelea, y me sentía en completa desventaja.

Me era totalmente imposible derribarlos ya que cuando tenía a uno atrapado el otro me derribaba y tenía que volver a empezar.

El sueño y el cansancio me limitaban mucho, y por mucho que me siguiera levantando los golpes cada vez me debilitaban más.

— Ha llegado tu hora, arañita.

— El combate no termina hasta que me rinda... —di una larga respiración— Y oh gran amigo, ya te digo que eso no entra en mis planes.

Me estiré y todos los huesos resonaron haciéndome estremecer del dolor.

El hombre se acercó a mi con pasos decididos, pero la mujer lo detuvo antes de que se acercara por completo.

— Recuerda lo que nos ordenó el jefe... —él gruñó ante lo dicho.

— No matar a la niña, —sonrió y alejó el brazo de la mujer— но я могу повеселиться с ней сколько захочу...

🎸 𝑷𝑼𝑵𝑲 𝑻𝑨𝑪𝑻𝑰𝑪𝑺 || Hobie Brown 🎸Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon