𝗻𝗼𝘃𝗲.

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异常

La pelinegra se empezó a reír, dejó los cubiertos en la mesa y se levantó de la mesa, sin dejar de carcajear fuertemente, Jake la miró confundido

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La pelinegra se empezó a reír, dejó los cubiertos en la mesa y se levantó de la mesa, sin dejar de carcajear fuertemente, Jake la miró confundido.

No sabía la razón de su risa, y es que hasta ella misma no lo sabía, su risa era de impacto y nervios. Tenía que ser una broma.

— ¿De qué te ríes? —le preguntó, levantándose también de la mesa para ponerse frente a ella.

— De lo que acabas de decir, digo, es mentira ¿verdad?

— ¿Crees que jugaría con algo como esto, Karina? —ella deja de limpiarse las pocas lágrimas que se le habían salido de la risa para voltear a verlo.

— No hay de otra, ¿crees que en serio me creería lo del divorcio? Por favor, Jae.

— Pues lo estoy diciendo de verdad, quiero el divorcio.

Jake lo decía de una manera tan neutra que entonces los nervios de la femenina comenzaron a aumentar de nuevo.

— ¿Por qué lo sigues diciendo? Ven, volvamos a cenar.

— Ya estoy cansado, ya contacté a uno de mis abogados para que viera lo del proceso, solo faltaba comentártelo...

— ¡No! Tú y yo no nos vamos a separar, ¿me escuchaste? ¡No me puedes dejar, maldita sea! —el repentino grito asustó un poco al rubio, pero no dejó su faceta seria.

— No me puedes obligar a estar en un matrimonio en el que no quiero, ¿entiendes? Solo hagamos esto sencillo y acéptalo.

— ¡¿Eres idiota?! ¡Yo no voy a firmar ninguna maldita hoja! ¡¿Por qué me haces esto?!

— Porque ya no te amo.

— ¿Qué...? —la chica lo vio incrédula, eso no tenía sentido, no después de que ella viera año tras año cómo Jake le rogaba por una cita.

— Lo siento, de verdad, este matrimonio ya no va a funcionar.

Ella no podía dejarlo ir, con él tenía todos los lujos que siempre quiso.

— Ya sé, tienes a una zorra escondida por ahí, ¿verdad?

— Karina, no hagas esto tan difícil, sé que también ya no sientes lo mismo, ya ni caso me hacías.

— Mientes, yo te sigo amando demasiado, te amo demasiado, por eso no puedes dejarme, no me dejes, no me dejes, mi amor. —ella estaba suplicando, y Jake empezaba a sentir compasión por ella.

— Karina...

— Por favor, no te vayas de mi lado, mi amor, podemos arreglarlo, solo necesitamos pasar más tiempo juntos.

Ambos se miraron a los ojos, el mayor podía notar lo desesperada que estaba.

— Está bien, hagamos esto, ve al cuarto, descansa, asimila las cosas, y hablamos más tarde, ¿sí?

せ ₍M₎om's friend.Where stories live. Discover now