Capitulo 1: Malestar

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Aziraphale Fell y Anthony J. Crowley eran una pareja realmente adorable y todos podían notarlo, tanto la gente que los conocía recientemente como quienes los veían desde hace años disfrutar de la vida de casados, y no era para menos pues llevaban poco menos de 25 años de matrimonio; podría decirse que llevaban menos años sin conocerse que conociéndose al haberse casado cuando apenas habían cumplido los 20 años, siendo aquella pareja que en secundaria muchos pensaron "no van a durar, no pegan ni juntan, son totalmente opuestos", pero en la actualidad eran los esposos quienes todos querían llegar a ser.

Vivían en una casa a las afueras de Londres con sus mascotas, 4 pequeños perros llamados Death, War, Hunger y Polution,  y 1 conejo de nombre Harry el "hijo mayor" de la familia. De forma genuina y consciente la pareja no se dio cuenta en que momento habían adoptado a los cachorros, aunque muy en el fondo sabían que era para suplir aquel hueco en sus corazones: no poder concebir el hijo que deseaban. Lo habían intentado por más de 15 años sin ningún resultado y les dolía, incluso sentían envidia de ver como las parejas que los rodeaban tenían sus bebés pero ellos aun no, creyendo que estaban haciendo algo mal o era un castigo universal pasaron largas noches los primeros años de matrimonio consolándose el uno al otro por no lograr su mutuo sueño; pero con el pasar de los años fueron dejando de lado ese anhelo para centrarse en sus trabajos y proyectos, disfrutar de su tiempo juntos, y vivir la vida que tenían pues nada seria para siempre. 

Aunque a veces recordaban sus primeros años juntos y pensaban que quizás un pequeño milagro del universo podría ayudarlos.

Ahora en la actualidad el Aziraphale dormía plácidamente en la cama matrimonial hasta que la lengua en el rostro de su pequeña War lo despertó, y con pereza aun, se sentó acariciando de mejor manera a la canina que disfrutaba del suave toque de su amo; mientras este volteaba al vacío lado de la cama donde en vez de estar su esposo estaba en la almohada una nota con su letra que decía: 

ángel, salí a la oficina temprano, los perros y Harry tienen comida. cuando vuelva almorzaremos fuera.

El mencionado sonrío dejando la nota sobre su velador, amaba que Crowley le dejara ese tipo de  notas por la mañana, se levanto con cuidado dejando a la perrita en el suelo, luego de bañarse y vestirse bajó a desayunar preparándose unas tostadas y un café.

Dispuesto a beber de la taza el fuerte olor del café le genero una puntada en la cabeza forzándolo a alejar la taza con un gesto de molestia, así estuvo varios minutos mientras masajeaba sus sienes para bajar el repentino malestar hasta que después de que bajará la intensidad decidió tirar el café y solo comer las tostadas pasando la mañana y parte de la tarde analizando que pudo provocar su sensibilidad al aroma del café, siempre lo había bebido por la mañana incluso cuando se enfermaba pero jamás le había dado dolor de cabeza ni mucho menos haber sentido rechazo a este, le parecía extraña esa repentina sensibilidad en su olfato confirmandolo cuando incluso al momento de regar el jardín el aroma de la tierra mojada lo sentía mucho más intenso causándole otra vez la puntada en la cabeza y decidiendo volver dentro de la casa a descansar.

A los pocos minutos de haberse quedado dormido en el sofá junto a dos de sus perros fue despertado por su esposo quien había vuelto con la intensión de sacarlo de la casa a comer. Aziraphale ya sin el malestar de su cabeza acepto felizmente la invitación de Crowley, fueron a almorzar y también el pelirrojo lo llevo a recorrer unas cuantas pastelerías donde sabia que su amado estaría feliz por comprar todos los postres que quisiera, ese día sentía muchas mas ganas de consentir a su ángel. 

Cuando volvieron fueron recibidos alegremente por sus mascotas (incluido el conejo), los perros saltaban y se apoyaban con suavidad en las piernas del peliblanco, otro acontecimiento extraño porque en mas de una ocasión habían sido tan bruscos que lograban tirarlo al suelo. 

Después de acomodar las compras en la mesa del comedor el pelirrojo observo como su esposo comía concentrado y degustaba cada bocado que llegaba a su boca, era una de las cosas que más le disfrutaba en la vida: admirar a su amado comer. Aunque sabía que no era del todo sano para el otro, y por mucho que lo amara también quería verlo sano así que lo interrumpió de su trance:

- ángel, creo que deberías parar, no quiero que te enfermes -

- Crowley estoy bien, solo tengo hambre. No te preocupes - dijo para continuar en su labor de acabar con los dulces 

- Lo que digas cariño, yo te advertí - hablo mientras se le acercaba y besaba los dulces labios del peliblanco.

A las 4:30 de la madrugada el pelirrojo giro en la cama buscando el calor de su esposo sintiendo solo el espacio vació donde debería estar acostado él, se levanto buscándolo en la habitación hasta que recurrió ir a revisar al baño donde encontró a Aziraphale levantándose del suelo jalando la palanca del inodoro pálido y con las ojeras marcadas, Crowley sabia perfectamente que el otro había estado vomitando.

- te dije que ibas a enfermarte ángel - hablo Crowley sin expresión.

- un "¿estas bien?" me hubiese ayudado mas- respondió mientras se lavaba los dientes 

- ¿te sientes mejor? - 

- no realmente- hablo con malestar

- ¿y que aprendiste de esto ángel?- 

- cállate - 

- ven aquí- dijo el mas alto abrazando al peliblanco contra su pecho consolándolo - volvamos a la cama cariño- y besando le la frente ambos volvieron a dormir abrazados.


holi, este es el primer capitulo de la historia, ya se que es un poquito largo... peeero puede que los siguientes sean mas cortos. espero les haya gustado ('▽'ʃ♡ƪ)

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