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ESTEFANIA QUINTERO

Después de un vuelo largo de mas de 10 horas, el avión al fin aterrizó a mi bello Culiacán. Fidel y yo bajamos del avión en busca de nuestras maletas. Como todo un caballero tomó nuestras maletas y salimos del aeropuerto en busca de Pablo, el cuál estaba encargado de venir por nosotros a el aeropuerto

—Mas le vale al cabron que no se haya quedado dormido—dijo Fidel molesto pues no había rastro de Pablo

—No te preocupes ya no ha de tardar—reí al verlo molesto, hasta se ve mas guapo de lo normal así

A lo lejos ambos reconocimos la camioneta de Pablo, el cual se estaciono y se bajo de la camioneta recibiéndonos a Fidel y a mi con un abrazo. Fidel y Pablo se encargaron de subir las maletas a la camioneta ya que Fidel me pidio que yo solo me subiera a la camioneta a esperar que ellos terminaran. No paso tanto tiempo cuando escuche las risas de Pablo y Fidel, ambos subiéndose igual a la camioneta

En el camino a mi casa los tres platicamos sobre el viaje de Fidel y mío a París y Pablo nos actualizo de su vida en estos cuatro días que ambos estuvimos fuera de la ciudad. La verdad Pablo me cae muy bien, admiró mucho la relación de hermanos que el y Fidel tienen, ambos son muy unidos y se apoyan en todo

De pronto reconocí como entrábamos a el área residencial donde se encuentra mi hogar, al cuál no tardamos en llegar. Nuevamente Pablo estaciono su camioneta frente a mi casa, me despedí de el y Fidel me ayudo con mi maleta. Caminamos hasta la puerta principal esperando a que alguien nos abriera la puerta. Segundos después una señora de servicio nos recibió con una cálida sonrisa haciéndose a un lado para que Fidel y yo pudiéramos entrar dentro de la casa. Todo iba tan bien hasta que escuche la voz de mi mamá cerca muy cerca de nosotros

—Que gusto tenerlos de regreso ¿como estuvieron sus vacaciones?—pregunto mamá acercándose a ambos para saludarnos con un abrazo, cosa que se me hizo extraña

—Paris estuvo estupendo Señora Claudia—respondió Fidel

—Por favor Fidel, no me digas señora llámame solo Claudia—rio mamá

¿Acaso regrese a la casa equivocada?

—Esta bien Claudia, solo le ayudo a Estefania a subir la maleta a su habitación y me voy mi hermano esta esperándome afuera—dijo Fidel

—Claro Fidel no hay problema un gusto volver a saludarte, los dejo—dijo con una sonrisa y se marchó

Mire a Fidel sorprendida por la actitud de mamá. Fidel tomó mi maleta y ambos subimos las escaleras en dirección a mi habitación.

—Solo déjala ahí a un lado de mi cama amor—

—Como diga patrona—bromeó

—Dime que no soy la única a la cual le sorprendió como mamá nos recibió—dije aun sin poder creerlo

—Pues la neta estoy igual de asombrado que tu pero ¿eso es bueno no?—dijo tranquilo

—Esperemos que así sea— suspire

—Bueno entonces yo me voy, Pablo me esta esperando y no quiero que se vaya a desesperar—rio

—Gracias por todo Fidel, en verdad que nunca voy a olvidar estos días tan maravillosos, te la rifaste mi amor—coloqué mis brazos alrededor de sus hombros

—Me alegra que los hayas disfrutado, esas fueron las primeras vacaciones de muchas mas mi bonita—sonrió

—Claro que si corazón, nos vemos pronto eh no me vayas a extrañar tanto—reí

—Todavía no me voy y ya te extraño—dijo y yo reí


Después de que Fidel se fue desempaque mi maleta y como el cansancio pudo mas que yo pues me quede dormida. Al despertar tomé mi teléfono el cual se encontraba en el buró a lado de mi cama, lo encendí para ver la hora, 6:35 p.m. Me levante de la cama y salí de mi habitación en dirección a la cocina

En Silencio - Fidel Castro Where stories live. Discover now