En Silencio - Fidel Castro

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ESTEFANIA QUINTERO

Antonio y yo fuimos a dar la vuelta por el malecón. El ambiente era perfecto, hacía calor pero la brisa del aire definitivamente ayudaba un poco y a causa de el clima a Toño se le ocurrió que compráramos unas micheladas. Seguimos dando la vuelta por algunas dos horas y regresamos a el hotel

—¿Vamos al antro?— entro Victoria en la habitación

—Ya saben que yo jalo— dijo Antonio contento

—¿Y tu amargada? — me pregunto Victoria

—Yo también jalo—

—Solo les aviso que también va a ir Saul y mi amorts obviamente—

—Esta bien, ya lárgate que entre mas tiempo estés aquí, menos tiempo tenemos de arreglarnos— dije corriéndola de la habitación

—Nos vemos en el lobby en una hora el que no sea puntual se queda— dijo Victoria saliendo de nuestra habitación

—Yo me bañó primero— dijimos Antonio y yo al mismo tiempo corriendo a el baño pero yo fui mas rápida y le gané. Después de casi una hora los dos estábamos listos y bajamos a recepción y ahi estaba Victoria, mi cuñado y Saul esperándonos

—Vámonos que la noche se acaba— dijo Victoria, nos subimos a la camioneta de Saul ya que el manejo hasta acá y fuimos a un Antro que según Antonio estaba muy perro

—Te vez hermosa— me dijo Saul

—Gracias yo siempre—

—Ya hazme caso— tomó de su bebida

—No insistas con lo mismo Saul, si sigues así lo único que vas a conseguir es que me aleje de ti definitivamente— dije fastidiada ya que siempre insistía con lo mismo pero esta seria la ultima vez que iba a permitir esto

—Lo siento no quise incomodarte, pero de verdad mis sentimientos hacia ti son sinceros— tomó mi mano pero rechacé su gesto

—Y no lo dudo pero yo no siento nada por ti, lo único que puedo ofrecerte es mi amistad y si no la quieres entonces lo mejor sera que no hablemos más— dije y me aleje de el y camine en dirección a el baño, no tenía ni idea de dónde estaba Antonio según el no me iba a dejar sola, y Victoria y mi cuñado estaban ya muy tomados como para estar pendientes de mi . Lo único que quería era irme a el hotel y dormir.

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FIDEL CASTRO

—Llámale wey entre mas le pienses mas te vas a tardar— insistió Pablo

—Tienes razón— dije y busque su número en mis contactos hasta que lo encontré, "Estefania" tenía nombre muy bonito y elegante así cómo ella. Presione el icono ese del teléfono y empezó a timbrar, dudo que me conteste

—¿Bueno?— se escuchó a el otro lado de la linea

—Hola ¿te molesto?— pregunte nervioso y con vergüenza la verdad ya era algo tarde

—Al contrario, me salvaste— escuche una risa , y yo imité su acto

—¿Y eso?—

—Digamos que estoy en un lugar que no es muy de mi agrado—

—¿Estas bien? Si quieres voy por ti—

—Estoy bien, y dudo que quieras manejar hasta Mazatlan solo por mi— nuevamente río

—Eso y mas haría por ti— solté, ahora si ya la cague que intenso

—Lo dudo pero gracias—

—¿Y cuándo regresas a Culiacán?— es ahora o nunca

—Creo que mañana mismo el lunes tengo clases—

—Bueno entonces ¿me aceptarías una salida el lunes después de clases? Claro si es que puedes— dije nervioso

—Claro pero sería hasta después de las dos si no te molesta hay una cafetería cerca de la universidad si gustas ahí podríamos vernos— sugirió

—Me parece perfecto entonces el lunes nos vemos bonita— sonreí como pendejo

—Esta bien Adios Fidel— Colgó la llamada

—Por lo que veo todo salió bien— dijo Pablo

—Si carnal el lunes la voy a ver— dije emocionado parecía mocoso de secundaria

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ESTEFANIA QUINTERO

Después de la llamada con Fidel salí del baño para regresarme a el hotel. Esperaba ya no volver a encontrarme a Saul la verdad no quería hablar con el.

—¿A donde vas hermanita?— escuche que alguien me tomo del brazo y era Antonio

—Ya vámonos— ordene molesta

—Todavía es temprano vete tu—

—Si me pasa algo en el camino a el hotel va quedar en tu consciencia—

—Ya pues vámonos— dijo y salimos de ahi sin saber donde quedaron los demás. Pedimos un Uber el cual nos llevo de regreso a el hotel y subimos a nuestra habitación y al llegar me acoste en la cama y al instante quede dormida.

—Pendejos ya despiértense ya nos vamos— grito Victoria moviéndome

—¿Que pasa wey?— pregunto Antonio adormilado

—Ya nos vamos, dijo Papá que en media hora los espera afuera en la camioneta— Salió de la habitación y no perdí tiempo y arregle la pequeña maleta que traje y me metí a bañar

Horas después ya estábamos de regreso en casa. Al llegar guarde mis cosas y me senté en mi escritorio para terminar algunos trabajos que deje pendientes. Se me pasaron las horas en la computadora y cuando menos lo espere ya era de noche.

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Ahora si se vine lo bueno

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