Cuando llegué a la escuela era muy temprano, faltaba un rato para que empezaran las clases y ese tiempo debe ser bien aprovechado, la mayoría de mis compañeros ya estaban en el salón y todos hacíamos lo mismo. Subí mi mochila a la mesa y saqué mi filipina y una cofia sencilla, me las puse y limpié mi mesa de trabajo, todo en el momento justo de que sonara la campaña anunciando el inicio de las clases.
-Hola chicos, buenos días. Hoy vamos a dedicarnos a hacer un postre, pero no quiero que hagan algo sencillo como frutas con crema o un flan, debe ser algo en lo que se refleje su esmero. -Anunció la maestra- Piensen en algo, den ideas y van a hacer todos lo mismo, con su propio toque, claro.
-¿Que tal un pastel? ¿O muffins? -Desde que llegué a la escuela no dejaba de pensar en chocolate blanco
-¡Muffins! -La mayoría estuvo de acuerdo conmigo, el clima frío era perfecto para comerlos con un chocolate caliente
-Bien, busquen los ingredientes en el deposito y empiecen, tienen una hora para hacerlos
Todos hicimos caso, mientras buscaba los ingredientes pensaba en el sabor que deberían tener, busque algo de fresas, chocolate blanco, chocolate oscuro y caramelo. Todo lo pensé delicadamente teniendo en mente al chico de la mañana.
Fui a mi mesa y empecé mezclar los ingredientes básicos añadiendo las fresas cortadas en trozos muy pequeños, haciendo que la mezcla tomara un color rosado tenue, justo el color que quería, añadí un poco de caramelo, preparé los moldes y puse un poco de la mezcla en ellos, en el centro puse un trozo de chocolate oscuro y lo puse a hornear.
El lugar ya estaba inundado de diferentes olores, había quienes usaron plátanos, duraznos, queso, había tantas combinaciones y cada uno creó las suyas.
Cuando sonó el temporizador saqué mis panques horneados y los bañe con chocolate blanco, los acomodé en un plato y los adorné de manera muy sencilla pero llamativa.
-Oh Jin, se ven bastante bien, explícame que hiciste -La profesora evaluaba a cada uno de nosotros y ahora era momento de que evaluarán mi trabajo
-Si ve la cubierta luce sencilla, pero si la observa detenidamente hay un color rosa que apenas se nota, es como si estuviera sonrojado ¿Cierto?, por favor córtelo a la mitad -Hizo caso y al momento de partirlo apareció el pan rosa y salió el chocolate oscuro derretido- Un muffin con secretos jeje
-Oh sabe tan rico, ¿Pensaste en algo o en alguien mientras lo hacías? -Lucía contenta mientras se lo comía
-Si -Aquella extraña sonrisa volvió a asomarse entre mis labios-conocí a una persona que es como este muffin -Su expresión me insitaba a contarle con un poco mas de detalles- Su piel es muy blanca pero sus mejillas estaban sonrojadas por el frío de la mañana, parecía ser una persona fría pero creo que solo es muy sencilla, solo cruzamos unas cuantas palabras pero las suficientes para notar lo cálido que es
-Como el chocolate derretido... Muy dulce, espero que esa persona siga ayudándote a hacer cosas tan buenas
-Espero que si, si vuelvo a verlo...
***
Al salir de clases siempre paso por un parque que tomo como atajo, es un lugar que me gusta mucho, cuando tengo tiempo suficiente para llegar a mi trabajo camino a paso lento alrededor del lago o a veces veo a la gente que juega en las canchas de basquetbol, sin importar la hora siempre está concurrido, solo que ahora, extrañamente, estaban vacías y en el centro de una de las canchas noté la silueta de alguien tirado con los brazos a los lados totalmente inmóvil como tabla, me fui acercando poco a poco y conforme la distancia disminuía distinguí a la persona, era el chico panque.
Invadido por el miedo corrí hacia él aventando la caja donde tenia mis muffins y mi mochila para poder atenderlo, me acerqué a su rostro intentando checar si respiraba o no, le di suaves palmadas en las mejillas mientras le gritaba "¡Panque! ¡Despierta! ¡¿Estas bien?!", mis manos me temblaban y mis ojos se empezaron a poner llorosos.
-Ngh -Abrió los ojos de golpe algo espantado por mi exagerada cercanía -¿Qué me estás haciendo? -Movió los ojos tratando de ver alrededor -¿Intentabas besarme?
-¡¿Eh?! ¡No! -Mis mejillas empezaban a sentirse calientes, creo que me estaba sonrojando- Te vi tirado y pensé que te habías desmayado o que algo malo te había pasado, pero ¿Estas bien? -Me miraba fijamente a los ojos como en la mañana, me di cuenta de que seguía dándole medio abrazo y él no hacia aunque sea el intento de soltarse de mi agarre, lo solté de golpe por la sorpresa y confusión haciendo que su cabeza chocara contra el duro asfalto
-Mmm auch
-¿Auch? Y ni así haces el intento de moverte aunque sea para sobarte, ¿Que haces aquí tirado?
-Lo que pasa es que estoy recuperando energías -Volvió a cerrar los ojos
-Ja eres algo extraño -Y de pronto recordé algo- ¡Mis muffins! -Corrí hacia ellos para revisarlos pero ya estaban todos aplastados y revueltos
-¿Muffins? -¿Como llegó tan rápido a mi lado?- Lucen bien
-No te burles, los tire por el susto que me dió verte tirado
-No me burlo, es en serio ¿Me los puedo comer?
-¿Así? Ah~ pero no se ven tan lindos, si los hubieras visto antes andarías babeando
-No importa, ya estoy babeando -Sonrisa felina apareció
-Bien, todos tuyos
-Gracias dormilón ¡Oh están ricos! ¿Los compraste o los hiciste?
-Los hice, estudio gastronomía... ¿Dormilón?
-Jaja reaccionas lento -Sus labios estaban algo embarrados de chocolate oscuro- parecías princeso en el camión por eso no te desperté o tendría que haber sido con un beso como en los cuentos
No supe como responder a eso pero me pareció linda la escena que se dibujaba en mi mente
