Capitulo II

262 33 6
                                    

_ Si se supone que eres tu. Tenemos que hablar, quien es esa joven que entro a la iglesia... Porque te dijo mamá...

En ese momento la abogada sintió como le volvía a faltar el aire, si bien sabía que Esteban lo tenía que saber tenía miedo de volver a tener su rechazó y desconfianza de que así como Lucia, Julia no sea su hija.
Ya que su mente volvió al pasado en dónde Esteban fue influenciado por Lucrecia decidió desconfiar de su paternidad, destruyendo así el corazón de la ojiverde.

_ Pues si escuchaste la palabra mamá pues tú quien crees que es. Es mi hija... Nuestra hija. Y no me vengas con tus comentarios, ni reclamos porque intenté decírtelo mil veces te mandé millones de cartas no me respondiste ni una. Espere muchas tardes a qué por lo menos te dignaras a ir a verme y así si querías conocerla pero eso nunca pasó . -dijo con un tono de amargura en su voz.

La cara de Esteban era la misma que cuando la vio en la iglesia, desconcertado, aturdido, todo un poema. Se limito a decir algo las mismas dudas del pasado y esa desconfianza que tenía sobre Lucia aumentaron al saber de la existencia de otra hija la cual ni siquiera sabía si era suya.
Marica entendió ese silencio como otra desconfianza más y no era menos lo que esperaba.

La mañana del sábado transcurría con normalidad, la cómoda cama y la tenue luz que se asomaba por la ventana eran la combinación perfecta para quedarse todo el día en la cama.
Pero esos planes cambian cuando vio a su amiga asomar la cabeza por el umbral de la puerta de la habitación.

_ No me digas que todavía estás durmiendo tía! Ya está el desayuno y con Ju planeamos la salida de chicas que tanto necesitamos! Anda te esperamos para desayunar.

Por la tarde la salida de chicas fue más que eso, las tres mujeres se habían dedicado toda la tarde no solamente a comprar ropa, maquillaje y algún que otro accesorio, la parada más grande la hicieron en el salón de belleza. Dónde Marcia decidió hacer un cambio radical a su imagen, los años en prisión habían hecho que perdiera toda esa luz, que años atrás desbordaba su mirada pero lo que seguía intencto era su belleza.
Un cabello cobrizo hizo que sus ojos deslumbran más que las esmeraldas y esa confianza y fuerza volvieran a apoderarse de ella.

Aún no tenía claro como iba a hacer para recuperar a sus hijos y eso la atormentaba, a veces se cuestionaba si de verdad valdría la pena luchar por ellos, su verdad se quedaba chica al lado de semejante mentira y a pesar de que tenía a su amiga, Iñaki y Julia no podía evitar sentirse sola. Por suerte no se había vuelto a hablar con Esteban desde su última encuentro hace algunas semanas y agradecía eso pero ahora empezaba la verdadera tortura como acercarse a sus hijos.

Desde que la vio nuevamente no podía sacarla de su cabeza, se sentía confundido, pensó nunca más tenerla en frente pero él al verla visto y haberse enterado de que tenía una hija era algo que lo había agarrado por sorpresa.
Su mente era un mar de pensamientos, preguntas y a su vez respuestas.
Pero todo tipo de pensamiento quedó obstruido cuando sintió que le empezaban a besar su cuello.

_Qué será lo que te tiene tan preocupado mi amor... Que ni siquiera atiendes a tu mujer. Tu hijo ya va a empezar a reclamar tu atención - besaba el cuello de su prometido mientras iba metido una mano dentro de su camisa.

_ Estoy cansado Pau, solo eso -tomo su cintura.

_ Pues tranquilo que yo te relajo cielo...

Después de haber estado con Paula no pudo evitar cuestionarse... su prometida siempre decía que ellos hacían el amor pero el no estaba seguro de eso.
Para él hacer el amor era algo más complejo, algo que no iba solo con el deseo sino también con la pasión, al pensar en esas palabras lo único que se le pudo venir a la mente era su ex esposa, cosa que hizo que se tensara al recordar las noches de pasión con su mujer.

Jaque MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora